[0096] • ALEJANDRO III, 1159-1181 • LA ENFERMEDAD GRAVE NO ES CAUSA DE DIVORCIO
De la Carta Quoniam ex multis, al Obispo de Bayona (Francia), fecha incierta
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[1.–] Porque según la autoridad de muchos Padres y sobre todo de la verdad evangélica, a nadie es lícito separarse de su mujer (a no ser en el caso de fornicación); está bien claro que cuando una mujer ha sido atacada de la lepra o de otra enfermedad grave, no debe ser separada del marido, ni tampoco repudiada... En cuanto a los leprosos, si no quieren permanecer célibes y encuentran quien quiera casarse con ellos, libremente pueden hacerlo. Y si sucediera que uno de los esposos, bien sea el marido o la mujer, se contaminara por disposición divina con la lepra y exigiera del consorte sano el débito conyugal, éste está obligado a pagárselo, según el precepto general del Apóstol, que en este caso no admite excepción.
[MEM, 36]
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[1.–] Quoniam ex multis auctoritatibus et praecipue ex evangelica veritate nemini licet, excepta causa fornicationis, uxorem suam dimittere: constat, quod, sive mulier lepra percussa fuerit, seu alia gravi infirmitate detenta, non est a viro [suo] propterea separanda, vel etiam dimittenda. Leprosi autem si continere nolunt, et aliquam, quae sibi nubere velit, invenerint, liberum est eis ad matrimonium convolare. Quodsi virum sive uxorem divino iudicio leprosum fieri contigerit, et infirmus a sano carnale debitum exigat, generali praecepto Apostoli quod exigitur est solvendum, cui praecepto nulla in hoc casu exceptio invenitur.
[CI 2, 691]