[0219] • GREGORIO XVI, 1831-1846 • LIBERTAD DE LA IGLESIA EN LA DEFENSA DEL MATRIMONIO
De la Alocución Officii memores, en el Consistorio secreto, 5 julio 1839
1839 07 05 0001
[1.–][...] Pero si os fijáis en la causa de la condena que quisieron imponer al arzobispo [1] –la transgresión de las leyes civiles sobre los matrimonios mixtos–, os daréis cuenta de que no se refería para nada a los efectos civiles de esas nupcias, de los que él prescindía totalmente y más aún sobre los que había declarado expresamente que no quería en absoluto pronunciarse; sino buscaba solamente cumplir con los gravísimos deberes del ministerio pastoral. Y por eso, movido por la recta voz de la conciencia se había dirigido por carta al clero de sus dos diócesis hablándoles de la santidad del matrimonio y de los deberes religiosos de los cónyuges católicos, sobre todo del deber de educar, en virtud de la ley de Dios, a todos los hijos en la verdadera religión, y sobre las cautelas puestas por la Iglesia para cumplir esos mismos deberes. A este respecto recordaba a los sacerdotes –incluso amenazando con la suspensión del sagrado ministerio– el grave deber que cada uno tenía de inculcar oportunamente esos mismos preceptos de Dios y de la Iglesia a los católicos de su parroquia. Y que en el caso de que un católico quisiera, no obstante, contraer matrimonio mixto, sin haber tomado esas cautelas, y por tanto con peligro para la vida espiritual propia y de los hijos futuros, los sacerdotes debían procurar al menos no unirlos, ellos mismos, en matrimonio según el rito católico o dar a entender de alguna manera que no daban su aprobación. Ahora bien, si en Borusia, el Obispo católico no tiene libertad para defender la santidad del matrimonio, sacramento grande en Cristo y en la Iglesia –tampoco para hablar con claridad ni a los sacerdotes sobre la manera en que deben actuar–, para impedir, con instrucciones y exhortaciones paternales, el sacrílego crimen de los católicos que quieren celebrar nupciar ilícitas ante Dios y la Iglesia, o para hablarles de que con su actuación no aprueben este pecado; si en esto que (conviene repetirlo de nuevo) se refiere no a los efectos civiles del matrimonio, sino sólo a la doctrina católica de la fe y costumbres, y que tiene en cuenta sólo las prescripciones de los respectivos cánones, los obispos de ese reino no tienen libertad, ¿dónde queda aquella libertad, prometida en diversas ocasiones por el serenísimo rey, en sus dominios, a la religión católica?
[1]. [Clemente Agustín, arzobispo de Colonia, fue desterrado por el gobierno de Borusia, debido a su negativa en transgredir las leyes de la Iglesia Católica sobre los matrimonios mixtos].
1839 07 05 0001
[1.–][...] Si autem ad poenae causam respiciatis, violatio illa civilium de mixto matrimonio legum, ob quam archiepiscopum condemnare voluerunt [1],, non spectabat ullo modo ad civiles nuptiarum eiusmodi effectus, quos ille minime attigerat, quin et se nihil prorsus de iis edicere velle declaraverat; sed tantum ut gravissimis pastoralis muneris obligationibus satisfaceret; atque adeo iustis compulsus conscientiae stimulis clerum suae utriusque dioeceseos, datis ad eos literis, allocutus fuerat de sanctitate matrimonii et de religiosis obligationibus catholicorum coniugum, imprimis de prole universa ex divinae legis praescripto ad veram fidem educanda, et de cautionibus ab Ecclesia statutis, ut obligationes eaedem serventur; atque hinc sacerdotes, indicta etiam a sacro ministerio suspensione graviter admonuerat officii sui, ut catholicis suae quisque paroeciae, eadem illa Dei et Ecclesiae praecepta, opportune inculcarent; et quoties catholicus aliquis matrimonium mixtum absque memoratis cautionibus, in suam scilicet futuraeque prolis spiritualem perniciem, inire nihilominus vellet, ut caverent saltem, sacerdotes ipsi, ne tales nuptias catholico ritu coniungerent, aut illis assensum suum quoquo modo praeberent. Iam vero si catholico antistiti liberum in Borussia non sit tueri sanctitatem matrimonii, quod magnum in Christo et in Ecclesia sacramentum est, nec sacerdotes districte admonere de ratione, quam tenere illos oportet, ut sacrilegum facinus catholicorum illicitas coram Deo et Ecclesia nuptias inire volentium paternis instructionibus et adhortationibus impediant, aut certe ut illorum peccatum suo ipsi facto non approbent; si haec igitur quae (ut repetere iterum iuvat) non civiles ullos matrimonii effectus, sed tantum catholicam hoc in genere doctrinam fidei ac morum, et cohaerentes canonum sanctiones respiciunt, libera episcopis in eodem regno non sint, quae tandem erit libertas illa, quam serenissimus rex catholicae religioni in ditione sua diversis occasionibus repromisit?
[Gregorii XVI Acta 2, 342]
[1]. [Clemens Augustinus, archiepiscopus Coloniensis, Borussici gubernii iussu in exilium profectus est, quia in mixtarum nuptiarum negotio Ecclesiae Catholicae regulas perfringere recusaverat].