[0280] • LEÓN XIII, 1878-1903 • MISIÓN DE SAN JOSÉ EN LA SAGRADA FAMILIA
De la Carta Encíclica Quamquam pluries –sobre el patrocinio de San José–, 15 agosto 1889
1889 08 15 0004
[4.–][...] Ahora bien no hay duda de que San José, por estar unido en matrimonio con la Virgen Santísima, se acercó –más que nadie– a esa excelentísima dignidad que la Madre de Dios tiene tan por encima de todos los seres creados. La sociedad conyugal es, en efecto, la más estrecha y la mayor de todas, y, por su naturaleza, lleva consigo la mutua comunicación de bienes. Por esta razón si Dios a José lo hizo esposo de la Virgen, lo hizo ciertamente no sólo compañero de su vida, testigo de la virginidad, tutor de la honestidad; lo hizo también, por el mismo vínculo conyugal, partícipe de su excelsa dignidad. Igualmente sobresale por encima de todos con altísima dignidad, porque, por designio divino, fue el custodio del hijo de Dios, tenido por padre en la opinión de los hombres. Por lo cual convenía que el Verbo de Dios estuviera sujeto modestamente a José, le obedeciera, y le honrase como los hijos deben hacer con su padre. Así pues, de esta doble dignidad se seguía naturalmente todo lo que, por naturaleza, compete a los padres de familia, como el ser, en verdad, el guardián, administrador y defensor legítimo y natural de aquella casa divina que José presidía. Deberes y funciones que ciertamente desempeñó mientras vivía en la tierra. Todo su afán era cuidar con el mayor amor y sin desmayo alguno, a la esposa y al hijo divino: se dedicaba con su trabajo a conseguir lo necesario para el alimento y vestido de cada uno; alejó la amenaza de muerte que se cernía por la envidia del rey, procurando un refugio seguro; fue el compañero constante, el auxilio y consuelo de la Virgen y Jesús en las dificultades y contrariedades del destierro.
1889 08 15 0006
[6.–][...] Los padres de familia tienen en José el modelo más eminente del cuidado y providencia paternos; los esposos tienen el ejemplo perfecto de amor, concordia y fidelidad conyugal; las vírgenes, quien les hable de la integridad virginal y ayude a guardarla.
1889 08 15 0004
[4.–][...] Sed tamen quia intercessit losepho cum Virgine beatissima maritale vinculum, ad illam praestantissimam dignitatem, qua naturis creatis omnibus longissime Deipara antecellit, non est dubium quin accesserit ipse, ut nemo magis. Est enim coniugium societas necessitudoque omnium maxima, quae natura sua adiunctam habet bonorum unius cum altero communicationem. Quocirca si sponsum Virgini Deus losephum dedit, dedit profecto non modo vitae socium, virginitatis testem, tutorem honestatis, sed etiam excelsae dignitatis eius ipso coniugali foedere participem. –Similiter augustissima dignitate unus eminet inter omnes, quod divino consilio custos filii Dei fuit, habitus hominum opinione pater. Qua ex re consequens erat, ut Verbum Dei losepho modeste subesset, dictoque esset audiens omnemque adhiberet honorem, quem liberi adhibeant parenti suo necesse est.–Iamvero ex hac duplici dignitate officia sponte sequebantur, quae patribusfamilias natura praescripsit, ita quidem ut domus divinae, cui losephus praeerat, custos idem et curator et defensor esset legitimus ac naturalis. Cuiusmodi officia ac munia ille quidem, quoad suppeditavit vita mortalis, revera exercuit. Tueri coniugem divinamque sobolem amore summo et quotidiana assiduitate studuit: res utrique ad victum cultumque necessarias labore suo parare consuevit: vitae discrimen, regis invidia conflatum, prohibuit, quaesito ad securitatem perfugio: in itinerum incommodi exiliique acerbitatibus perpetuus et Virgini et lesu comes, adiutor, solator extitit.
1889 08 15 0006
[6.–][...] Habent in losepho patresfamilias vigilantiae providen tiae que paternae praestantissimam formam: habent coniuges amoris, unanimitatis, fidei coniugalis perfectum specimen: habent virgines integritatis virginalis exemplar eumdem ac tutorem.
[ASS 22 (1889/90), 66-67, 68]