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Magisterio sobre amor, matrimonio y familia <br /> <b>Warning</b>: Undefined variable $titulo in <b>/var/www/vhosts/enchiridionfamiliae.com/httpdocs/cabecera.php</b> on line <b>29</b><br />
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[0537] • PÍO XII, 1939-1958 • EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA SEGÚN EL ORDEN ESTABLECIDO POR DIOS

Del Mensaje Dans cette Basilique, al Congreso Mundial de la Familia, celebrado en París (Francia), 10 junio 1958

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[2.–] Quien quiera construir sobre bases sólidas y duraderas el edificio cívico y social, ha de fundarlo sobre una concepción del matrimonio y de la familia conforme al orden establecido por Dios. La Iglesia, guardiana de las verdades del derecho natural, al mismo tiempo que intérprete de la revelación divina que las confirma y las prolonga, ha dado, sobre estas cuestiones, claras enseñanzas de valor permanente. Nos mismo, en diversas circunstancias, hemos recordado los principios intangibles que conciernen a la indisolubilidad del matrimonio, sus fines esenciales, el carácter sagrado de la vida, y tantos otros puntos de moral muy a menudo atacados en nuestros días. Acercaos, queridos hijos, a las fuentes claras y puras de la verdad. Apoyaos en la línea del magisterio y en las palabras divinas que jamás pasan. Elevad vuestros corazones y vuestros pensamientos durante esa vigilia de plegaria.

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[3.–] Porque en las cimas de una doctrina segura e inmutable es donde descubriréis las verdaderas perspectivas, a cuya luz podréis esclarecer muchos problemas actuales, relativos a la situación de la familia en el mundo. Por múltiples causas, la estabilidad de los hogares está a menudo comprometida; sus condiciones de existencia son difíciles en muchos casos; la magnífica misión de los esposos, que no está exenta de sacrificios, no es comprendida por todos; y los hijos son, por desgracia, las primeras víctimas de este estado de cosas. Vosotros rogaréis y trabajaréis, queridos hijos, para que sean trazados los caminos y ofrecidas las posibilidades que permitan a la mayoría de las personas una unión sana y fecunda, una vida familiar honesta y feliz en la que las exigencias de la moral no se sacrifiquen a las satisfacciones del placer individual ni a los goces del bienestar. Y tendréis sumo cuidado en ser vosotros mismos ejemplo de fidelidad a este ideal cristiano.

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[4.–] Plegue a Dios que tantos hombres de buena voluntad, que desean servir los verdaderos intereses de la familia en el mundo, brinden a ésta el apoyo de una atmósfera pública y de una legislación que les sean propicias. Allí donde la institución familiar es todavía honrada y próspera, sea protegida contra todo intento disolvente. Si las circunstancias la han turbado peligrosamente, sea restablecida en sus derechos y en sus justas funciones. Y que por dondequiera que las dificultades de la vida contemporánea amenazan a su equilibrio, sea oportunamente sostenida por los poderes públicos para el bien mismo de la sociedad, pero dentro del respeto al verdadero carácter de esta institución natural, elevada por Nuestro Señor a la dignidad de sacramento.

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[5.–] A esta tarea común, padres y madres de familia católicos, militantes de organismos familiares en vuestros países respectivos, prestaréis una eficaz contribución.

[EM, 769-771]