[0609] • PAULO VI, 1963-1978 • DERECHOS Y DEBERES DE LOS PADRES EN LA EDUCACIÓN DE SUS HIJOS
De la Declaración Gravissimum educationis –sobre la educación cristiana de la juventud–, del Concilio Vaticano II, 28 octubre 1965
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3.–[Los educadores] Los padres, que han dado la vida a sus hijos, tienen la gravísima obligación de educar a la prole, y por eso se han de considerar sus primeros y principales educadores (11). Esta responsabilidad es de tanto peso, que si falta, difícilmente puede suplirse. Tienen, pues, los padres, que crear un tal ambiente familiar –animado por el amor y la piedad hacia Dios y hacia los hombres– que favorezca la educación entera, personal y social, de los hijos. La familia es, por consiguiente, la primera escuela de las virtudes sociales que necesita toda sociedad. Pero, sobre todo, en una familia cristiana, enriquecida con la gracia y los deberes del sacramento del Matrimonio, conviene enseñar a los hijos, ya desde su más tierna edad, a que, según la fe recibida en el Bautismo, conozcan y adoren a Dios y amen al prójimo; en ella encuentran la primera experiencia de una sana sociedad humana y de la Iglesia. Y, en fin, por medio de la familia se van introduciendo insensiblemente en la sociedad civil y en el pueblo de Dios. Dense cuenta, pues, los padres, cuánta trascendencia tiene una familia verdaderamente cristiana para la vida y el crecimiento del Pueblo mismo de Dios (12).
El deber de dar educación, que corresponde en primer lugar a la familia, necesita la ayuda de toda la sociedad. Aparte de los derechos de los padres y de aquellos a quienes les confían parte de la educación, hay ciertas obligaciones y derechos que corresponden a la sociedad civil, puesto que ella es quien debe disponer todo lo necesario para el bien común temporal. Parte de su misión es promover la educación de la juventud de muchas maneras, a saber: defender los deberes y los derechos de los padres y de los que intervienen en la educación y prestarles la ayuda conveniente; completar, conforme al principio de subsidiariedad, la tarea educativa, teniendo en cuenta los deseos de los padres, cuando sea insuficiente la iniciativa de éstos y la de otras sociedades; y además, en la medida que lo exija el bien común, crear escuelas e instituciones propias (13).
11. Cfr. PIUS XI, Litt. Encycl. Divini illius Magistri, 1. c., [AAS 22 (1930)] p. 59 ss. [1929 12 31/27 ss]; Litt. Encycl. Mit brennender Sorge, 14 martii 1937: AAS 29 (1937) p. 164 s [1937 03 14/48].
PIUS XII, Allocutio ad primum congressum nationalem Consociationis Italicae Magistrorum catholicorum (A.I.M.C.), 8 sept. 1946: Discorsi e Radiomessaggi, VIII, p. 218 [1946 09 08/5].
12. Cfr. Conc. Vat. II, Const. dogm. de Ecclesia, Lumen gentium, nn. 11 et 35: AAS 57 (1965) pp. 16 et 40 s [1964 11 21a/11 y 35].
13. Cfr. PIUS XI, Litt. Encycl. Divini illius Magistri, 1. c., p. 63 s.
PIUS XII, Nuntius radiophonicus datus 1 iunii 1941: AAS 33 (1941) p. 200 [1941 06 01/21]; Allocutio ad primum Congressum nationalem Consociationis Italicae Magistrorum catholicorum, 8 sept. 1946: Discorsi e Radiomessaggi, VIII, p. 218 [1946 09 08/5].
Circa principium subsidiaritatis cfr. IOANNES XXIII, Litt. Encycl. Pacem in terris, 11 apr. 1963: AAS 55 (1963) p. 294.
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6.–[Obligaciones y derechos de los padres] Es necesario que los padres, que son quienes tienen la primera e inalienable obligación y el derecho de educar a sus hijos, gocen de verdadera libertad para elegir sus escuelas. Así pues, el poder público, cuyo cometido es defender y salvaguardar las libertades de los ciudadanos, mirando por la justicia distributiva, ha de procurar que las subvenciones públicas se distribuyan de tal forma que los padres puedan escoger con libertad verdadera, según su conciencia, las escuelas para sus hijos (20).
Por lo demás, es obligación del Estado que todos los ciudadanos puedan tener acceso a una conveniente participación en la cultura y puedan prepararse para ejercer debidamente sus obligaciones y derechos civiles. Así pues, el Estado debe amparar el derecho de los niños a una adecuada educación escolar, vigilar la capacidad de los maestros y la calidad de los estudios, velar por la salud de los alumnos y, en general, impulsar todo el sistema escolar, teniendo en cuenta el principio de subsidiariedad y excluyendo por tanto cualquier monopolio de las escuelas que se opone a los derechos natos de la persona humana, al progreso y a la divulgación de la cultura misma, a la pacífica convivencia de los ciudadanos y al pluralismo vigente hoy en muchísimas sociedades (21).
El Santo Concilio exhorta a los cristianos a que presten su espontánea colaboración lo mismo para encontrar métodos y planes de estudio aptos que para formar maestros que puedan educar convenientemente a la juventud, y a que contribuyan con su ayuda, sobre todo a través de las asociaciones de padres, a que se lleve a cabo toda la labor de la escuela, y principalmente la educación moral que en ella debe darse (22).
20. Cfr. Conc. prov. Cincinnatense III, a. 1861: Collectio Lacensis, III, col. 1240, c/d; PIUS XI, Litt. Encycl. Divini illius Magistri, 1. c., pp. 60, 63 s.
21. Cfr. PIUS XI, Litt. Encycl. Divini illius Magistri, 1. c., p. 63; Litt. Encycl. Non abbiamo bisogno, 29 iunii 1931: AAS 23 (1931) p. 305.
PIUS XII, Litt. Secretariae Status ad XXVIII Hebdomadam Soc. Ital., 20 sept. 1955; L’Osservatore Romano, 29 sept. 1955.
PAULUS VI, Allocutio ad Associatonem Christianam Operariorum Italiae (A. C. L. I.), 6 oct. 1963: Encicliche e Discorsi di Paolo VI, I, Roma 1964, p. 230.
22. Cfr. IOANNES XXIII, Nuntius tricesimo exacto anno ex quo Litt. Encycl. Divini illius Magistri editae sunt, 30 dec. 1959: AAS 52 (1960) p. 57 [1959 12 30/4].
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8.–[La escuela católica] [...] Por lo cual, este Santo Concilio proclama de nuevo el derecho de la Iglesia, declarado ya en muchísimos documentos del Magisterio (2)6, a fundar y dirigir libremente escuelas de cualquier clase y grado, recordando que el ejercicio de este derecho contribuye en gran medida a la misma libertad de la conciencia y a la defensa de los derechos de los padres, así como al mismo progreso de la cultura. [...]
Que colaboren [los maestros], en primer lugar, con los padres; junto con ellos, deben tener en cuenta en toda la educación la diferencia de sexos y los fines diversos que la divina providencia ha previsto para uno y otro sexo en la familia y en la sociedad. [...]
A los padres católicos [el Sagrado Concilio] les recuerda el deber de confiar a sus hijos, siempre y cuando puedan, a las escuelas católicas; de ayudarlas según sus posibilidades y de colaborar con ellas para el bien de sus hijos (28).
[Vat II, 556-557, 558-561]
26. Cfr. imprimis documenta in nota 1 laudata; insuper hoc Ecclesiae ius proclamatur a multis Conciliis provincialibus nec non in recentissimis Declarationibus plurium Conferentiarum Episcoporum.
28. Cfr. PIUS XII, Allocutio ad Consociationem Cathol. Italicam Magistrorum scholarum secundarium (U. C. I. I. M.), 5 ian. 1954, 1. c., p. 555 [1954 01 05/13].
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3.–Parentes, cum vitam filiis contulerint, prolem educandi gravissima obligatione tenentur et ideo primi et praecipui eorum educatores agnoscendi sunt (11). Quod munus educationis tanti ponderis est ut, ubi desit, aegre suppleri possit. Parentum enim est talem familiae ambitum amore, pietate erga Deum et homines animatum creare qui integrae filiorum educationi personali et sociali faveat. Familia proinde est prima schola virtutum socialium quibus indigent omnes societates. Maxime vero in christiana familia, matrimonii sacramenti gratia et officio ditata, filii iam a prima aetate secundum fidem in baptismo receptam Deum percipere et colere atque proximum diligere doceantur oportet; ibidem primam inveniunt experientiam et sanae societatis humanae et Ecclesiae; per familiam denique in civilem hominum consortionem et in populum Dei sensim introducuntur. Persentiant igitur parentes quanti momenti sit familia vere christiana pro vita et progressu ipsius populi Dei (12).
Educationis impertiendae munus primario familiae competens totius societatis auxiliis indiget. Praeter igitur iura parentum ceterorumque quibus ipsi partem in munere educationis concredunt, certa quidem officia et iura competunt societati civili, quatenus eius est ea ordinare quae ad bonum commune temporale requiruntur. Ad eius munera pertinet educationem iuventutis pluribus modis provehere: parentum scilicet aliorumque qui in educatione partes habent officia et iura tueri eisque adiumenta praebere; iuxta subsidiarii officii principium, deficientibus parentum aliarumque societatum incoeptis, educationis opus, attentis quidem parentum votis, perficere; insuper, quatenus bonum commune postulat, scholas et instituta propria condere (13).
11. Cfr. PIUS XI, Litt. Encycl. Divini illius Magistri, 1. c., [AAS 22 (1930)] p. 59 ss. [1929 12 31/27 ss]; Litt. Encycl. Mit brennender Sorge, 14 martii 1937: AAS 29 (1937) p. 164 s [1937 03 14/48].
PIUS XII, Allocutio ad primum congressum nationalem Consociationis Italicae Magistrorum catholicorum (A.I.M.C.), 8 sept. 1946: Discorsi e Radiomessaggi, VIII, p. 218 [1946 09 08/5].
12. Cfr. Conc. Vat. II, Const. dogm. de Ecclesia, Lumen gentium, nn. 11 et 35: AAS 57 (1965) pp. 16 et 40 s [1964 11 21a/11 y 35].
13. Cfr. PIUS XI, Litt. Encycl. Divini illius Magistri, 1. c., p. 63 s.
PIUS XII, Nuntius radiophonicus datus 1 iunii 1941: AAS 33 (1941) p. 200 [1941 06 01/21]; Allocutio ad primum Congressum nationalem Consociationis Italicae Magistrorum catholicorum, 8 sept. 1946: Discorsi e Radiomessaggi, VIII, p. 218 [1946 09 08/5].
Circa principium subsidiaritatis cfr. IOANNES XXIII, Litt. Encycl. Pacem in terris, 11 apr. 1963: AAS 55 (1963) p. 294.
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6.–Parentes quibus primum et inalienabile officium et ius est filios educandi, in scholis eligendis vera libertate gaudeant oportet. Potestas publica igitur, cuius est civium libertates tueri et defendere, iustitiae distributivae consulens curare debet, ut subsidia publica ita erogentur ut parentes pro filiis suis scholas, secundum conscientiam suam, vere libere selegere valeant (20).
Ceterum rei publicae est providere ut omnes cives ad congruam culturae participationem accedere valeant atque ad officia et iura civilia exercenda debite praeparentur. Ipsa igitur res publica ius puerorum ad adaequatam educationem scholarem tutari, magistrorum capacitati studiorumque praestantiae vigilare, alumnorum sanitati consulere atque in genere integrum scholarum opus promovere debet, principio subsidiarii officii prae oculis habito et ideo quovis excluso scholarum monopolio, quod nativis humanae personae iuribus, ipsius quoque culturae profectui et divulgationi, pacificae civium consortioni necnon pluralismo in permultis societatibus hodie vigenti adversatur (21).
Christifideles vero S. Synodus hortatur ut sive ad aptas educationis methodos studiorumque rationem inveniendas, sive ad magistros efformandos qui iuvenes recte educare valeant, auxiliatricem operam ultro praestent atque, parentum praesertim consociationibus, universum scholae munus et praecipue educationem moralem in ea tradendam suis adiumentis prosequantur (22).
20. Cfr. Conc. prov. Cincinnatense III, a. 1861: Collectio Lacensis, III, col. 1240, c/d; PIUS XI, Litt. Encycl. Divini illius Magistri, 1. c., pp. 60, 63 s.
21. Cfr. PIUS XI, Litt. Encycl. Divini illius Magistri, 1. c., p. 63; Litt. Encycl. Non abbiamo bisogno, 29 iunii 1931: AAS 23 (1931) p. 305.
PIUS XII, Litt. Secretariae Status ad XXVIII Hebdomadam Soc. Ital., 20 sept. 1955; L’Osservatore Romano, 29 sept. 1955.
PAULUS VI, Allocutio ad Associatonem Christianam Operariorum Italiae (A. C. L. I.), 6 oct. 1963: Encicliche e Discorsi di Paolo VI, I, Roma 1964, p. 230.
22. Cfr. IOANNES XXIII, Nuntius tricesimo exacto anno ex quo Litt. Encycl. Divini illius Magistri editae sunt, 30 dec. 1959: AAS 52 (1960) p. 57 [1959 12 30/4].
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8.–[...] Quare haec S. Synodus ius Ecclesiae scholas cuiusvis ordinis et gradus libere condendi atque regendi, in plurimis Magisterii documentis iam declaratum (26), denuo proclamat, in memoriam revocans huiusmodi iuris exercitium libertati quoque conscientiae et parentum iuribus tuendis necnon ipsius culturae profectui summopere conferre. [...]
Sociam, imprimis cum parentibus [magistri] praestent operam; una cum ipsis debitam in universa educatione habeant rationem discriminis sexus et finis proprii utrique sexui in familia et in societate a divina providentia praestituti; [...]
Parentibus vero catholicis officium [S. Synodus] memorat liberos suos concredendi, quando et ubi possunt, scholis catholicis, eas pro viribus sustinendi et cum eis in bonum filiorum suorum collaborandi (28).
[AAS 58 (1966) 731-732, 733-736]
26. Cfr. imprimis documenta in nota 1 laudata; insuper hoc Ecclesiae ius proclamatur a multis Conciliis provincialibus nec non in recentissimis Declarationibus plurium Conferentiarum Episcoporum.
28. Cfr. PIUS XII, Allocutio ad Consociationem Cathol. Italicam Magistrorum scholarum secundarium (U. C. I. I. M.), 5 ian. 1954, 1. c., p. 555 [1954 01 05/13].