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Magisterio sobre amor, matrimonio y familia <br /> <b>Warning</b>: Undefined variable $titulo in <b>/var/www/vhosts/enchiridionfamiliae.com/httpdocs/cabecera.php</b> on line <b>29</b><br />
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[0902] • JUAN PABLO II (1978-2005) • LA CATEQUESIS EN LA FAMILIA

De la Homilía en la Misa para los Catequistas, en Porto Alegre (Brasil), 5 julio 1980

1980 07 05a 0004

4. En cuanto al tema de la catequesis, sabéis que el pensamiento de la Iglesia fue ampliamente expuesto en la reciente Exhortación apostólica Catechesi tradendae. No pretendo repetir lo que se dijo en ese Documento. Sin embargo, quisiera llamar la atención sobre algunos puntos que afectan más de cerca a las necesidades de la Iglesia en Brasil.

Antes que nada, la catequesis en la familia. En los primeros años de vida de los niños, se lanzan las bases y el fundamento de su futuro. Por eso mismo, los padres tienen que comprender la importancia de su misión a este respecto. En virtud del bautismo y del matrimonio son ellos los primeros catequistas de sus hijos; en efecto, educar es continuar el acto de la generación. En esta edad, Dios pasa de manera particular “a través de la intervención de la familia” (Directorio catequístico general, 79).

Los niños tienen necesidad de aprender y de ver a sus padres que se aman, que respetan a Dios, que se saben explicar las primeras verdades de la fe (Cfr. Catechesi tradendae, 36), que saben exponer el “contenido cristiano” en el testimonio y en la perseverancia “de una vida de todos los días vivida según el Evangelio” (ibid. 68).

El testimonio es fundamental. La Palabra de Dios es eficaz en sí misma, pero adquiere sentido concreto cuando se vuelve realidad en la persona que le anuncia. Esto vale en manera particular para los niños que aún no tienen condiciones para distinguir entre la verdad anunciada y la vida del que la anuncia. Para el niño no hay distinción entre la madre que reza y la oración; más aún, la oración tiene valor especial porque la reza la madre.

Que no suceda, amadísimos padres que me escucháis, que nuestros hijos lleguen a la madurez humana, civil y profesional, quedando niños en asuntos de religión. No es exacto decir que la fe es una opción para realizar en la edad madura. La verdadera opción supone el conocimiento; y nunca podrá haber elección entre cosas que no fueron propuestas sabia y adecuadamente.

Padres catequistas, la Iglesia tiene confianza en vosotros, espera mucho de vosotros.

[Enseñanzas 7, 240-241]