[0910] • JUAN PABLO II (1978-2005) • LA FUNCIÓN DE MARÍA EN LA FAMILIA
Del Saludo en el rezo del Ángelus, 15 agosto 1980
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2. En el Evangelio de la festividad de hoy vemos a María cuando, después de la Anunciación, llena del Espíritu Santo y llena del misterio que se había realizado en su seno por obra de ese mismo Espíritu, entra en casa de Zacarías. Traspasa el umbral de la casa de una familia que le es muy cercana por espíritu y por parentesco. Y ya en el umbral, recibe el saludo de Isabel, la cual exalta su fe: “Bienaventurada tú que has creído” (Cfr. Lc 1, 45). Y saluda a María con las mismas palabras con que ahora la saludamos todos constantemente cuando rezamos el “Ave María”.
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3. María traspasa el umbral de una casa, entra en el círculo de una familia... ¡Cómo nos enlaza ese acontecimiento con el asunto para el que se prepara el Episcopado del mundo entero en relación con el Sínodo de los Obispos de este año! El tema del Sínodo, “Misión de la familia cristiana en el mundo contemporáneo”, dirige nuestra atención hacia todas las familias que viven en el mundo contemporáneo, hacia las familias a las que es enviada la Iglesia y a través de las cuales desea cumplir su misión. Pensemos en las grandes tareas de la familia, ligadas a la transmisión de la vida y a la gran obra de la educación del nuevo hombre. Pensemos en las alegrías, pero también en las fatigas de ese amor, sobre el cual se construye la vida de los cónyuges y de las familias. Pensemos también en los sufrimientos, en las crisis, en los dramas que a veces acompañan la vida familiar. A través de los trabajos del Sínodo de los Obispos, deseamos entrar en el ámbito de todo esto con absoluto respeto, pero también con la fe y el amor con que la Iglesia rodea a la familia cristiana, construida sobre el fundamento del sacramento del matrimonio.
Y por eso invitamos a María a traspasar el umbral de todas las familias, igual que, en un tiempo, traspasó el de la casa de Zacarías. Le rogamos que lleve a todos el mismo mensaje de fe materna y de amor. Le pedimos también que visite los trabajos del Sínodo que se prepara, cuyos miembros, con los ojos puestos en Ella, desean repetir lo que Isabel dijo entonces: “Bienaventurada eres tú que has creído”. El Sínodo, por su parte, siguiendo el ejemplo de esta Madre, desea dejarse guiar de la fe y del amor hacia todas las familias, a las que dirigirá próximamente su especial servicio.
[Enseñanzas. 7, 75-76]
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2. Nel Vangelo dell’odierna solennità vediamo Maria quando, dopo l’annunciazione, piena di Spirito Santo e piena del Mistero concepitosi nel suo grembo per opera di questo stesso Spirito, entra nella casa di Zaccaria. Varca la soglia della casa di una famiglia che le è così vicina per spirito e parentela. E già sulla soglia riceve il saluto di Elisabetta la quale esalta la sua fede: “Beata sei tu che hai creduto” (1). E saluta Maria con le stesse parole, con le quali noi tutti la salutiamo costantemente, quando recitiamo l’“Ave Maria”.
1. Cf. Luc. 1, 45.
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3. Maria varca la soglia di una casa, entra nella cerchia di una famiglia... Quanto ci associa, questo avvenimento, alla vicenda alla quale si prepara l’Episcopato del mondo intero in relazione al Sinodo dei Vescovi di quest’anno! Il tema del Sinodo “I compiti della famiglia cristiana oggi” rivolge la nostra attenzione verso tutte le famiglie che vivono nel mondo contemporaneo, verso le famiglie alle quali è inviata la Chiesa e attraverso le quali essa desidera compiere la sua missione. Pensiamo ai grandi compiti della famiglia, legati alla trasmissione della vita e alla grande opera dell’educazione dell’uomo nuovo. Pensiamo alle gioie, ma anche alle fatiche di quest’amore, sul quale si costruisce la vita dei coniugi e delle famiglie. Pensiamo anche alle sofferenze, alle crisi, ai drammi che a volte accompagnano la vita familiare. Attraverso i lavori del Sinodo dei Vescovi noi desideriamo entrare nell’ambito di tutto ciò con ogni rispetto, ma anche con la fede e l’amore con i quali la Chiesa circonda la famiglia cristiana, costruita sul fondamento del Sacramento del Matrimonio.
E perciò invitiamo Maria a varcare la soglia di tutte le famiglie, così come, un tempo, Essa varcò quella della casa di Zaccaria. La preghiamo di portare a tutti lo stesso messaggio di fede materna e di amore. Le chiediamo anche di visitare i lavori del Sinodo in preparazione, i cui membri con gli occhi fissi in Lei così come una volta Elisabetta, desiderano ripetere: Beata sei Tu che hai creduto. Il Sinodo, per parte sua, seguendo l’esempio di questa Madre, desidera lasciarsi guidare dalla fede e dallverso tutte le famiglie, alle quali dirigerà prossimamente il suo particolare servizio.
[Insegnamenti GP II, 3/2, 409-410]