[0946] • JUAN PABLO II (1978-2005) • DEFENDER LA DIGNIDAD DEL MATRIMONIO Y LA FAMILIA
De la Alocución Unsere heutige denkwürdige, a la Conferencia Episcopal Alemana, reunida en el Seminario de Fulda (Alemania), 17 noviembre 1980
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6. [...] Por eso, atended especialmente a la juventud, en la que se registra un despertar tan prometedor, pero a la vez un tal alejamiento de la Iglesia. Dirigíos a los matrimonios y familias con especial solicitud y cordialidad; el Sínodo Episcopal que acaba de finalizar ahora en Roma no debe quedar en teoría, sino que tiene que llenarse de vida. La lejanía de gran parte de la población trabajadora respecto de la Iglesia, la distancia creada entre ella y los intelectuales, la necesidad de la mujer de ser plenamente aceptada, plenamente realizada y planificada desde el punto de vista cristiano y humano en circunstancias tan cambiadas: estos temas que enunciamos ensanchan el campo de nuestra común preocupación, para que mañana también los hombres crean.
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9. [...] Vivís en una sociedad en la que se asegura un alto grado de defensa de la libertad y de la dignidad humana. Estad agradecidos por ello, pero no permitáis que, en nombre de la libertad, se propague una laxitud que permita disponer de la inviolabilidad de la vida de cada hombre, incluido el que aún no ha nacido. ¡Empeñaos igualmente en pro de la dignidad y el derecho del matrimonio y de la familia! ¡Sólo el respeto de los indeclinables derechos y valores fundamentales garantiza aquella libertad que no desemboca en la autodestrucción! Pensad en esto: ya que derecho y moralidad no son lo mismo, tanto más urgente es la protección jurídica de las fundamentales convicciones morales.
[Enseñanzas 8, 825, 827]
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6. [...] Schenkt ein besonderes Augenmerk darum der Jugend, in der so viel verheißungsvoller Aufbruch, aber auch so viel Entfremdung von der Kirche zu beobachten ist! Wendet euch den Ehen und Familien mit besonderer Sorgfalt und Herzlichkeit zu –die Bischofssynode, die soeben in Rom zu Ende gegangen ist, darf nicht Theorie bleiben, sondern muß sich mit Leben füllen. Die Entfremdung großer Teile der arbeitenden Bevölkerung von der Kirche, der Abstand zwischen Intellektuellen und Kirche, die Not der Frau um ihr christlich und menschlich in so veränderten Bedingungen voll angenommenes, verwirklichtes, erfülltes Wesen: diese Stichworte erweitern das Feld unseres gemeinsamen Bemühens, damit die Menschen auch morgen glauben.
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9. [...] Ihr lebt in einer Gesellschaft, in der ein hoher Grad an Schutz für Freiheit und Menschenwürde gewährleistet ist. Seid dafür dankbar, aber laßt nicht zu, daß im Namen der Freiheit eine Beliebigkeit progagiert wird, die die Unantastbarkeit des Lebens eines jeden Menschen, auch des ungeborenen, zur Disposition stellt. Stellt euch ebenso vor die Würde und das Recht von Ehe und Familie! Nur die Achtung unverfügbarer Grundrechte und Grundwerte garantiert jene Freiheit, die nicht in Selbstzersetzung mündet! Denkt daran: So wenig Recht und Sittlichkeit dasselbe sind, so dringlich ist doch auch der rechtliche Schutz der sittlichen Grundüberzeugungen.
[Insegnamenti GP II, 3/2, 1294, 1296]