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Magisterio sobre amor, matrimonio y familia <br /> <b>Warning</b>: Undefined variable $titulo in <b>/var/www/vhosts/enchiridionfamiliae.com/httpdocs/cabecera.php</b> on line <b>29</b><br />
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[1262] • JUAN PABLO II (1978-2005) • LA ADOPCIÓN DE NIÑOS, SERVICIO A LA VIDA Y TESTIMONIO DE GENEROSIDAD

Del Discurso Siate i benvenuti, al I Congreso Nacional de Familias Adoptantes de Niños de la India, 24 mayo 1986

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2. ¿Cómo no recordar en este momento las palabras del Señor: “El que recibiere a este niño en mi nombre, a Mí me recibe” (Lc 9, 48)?

La voluntad de adoptar un niño nace siempre del amor por los pequeños y de un profundo deseo de paternidad y maternidad. En vuestro caso, pienso yo, ha sido también el amor a Cristo, que vive en cada pequeño hermano nuestro (cfr. Mt 25, 40), el que os ha movido a realizar la adopción, gracias a la cual habéis acogido como hijos a estos pequeños, los habéis hecho vuestros y los amáis con amor de padre y de madre.

Sea bendito Dios Padre, del cual toma su nombre toda paternidad, porque en vuestras familias, viviendo la grandeza y la belleza de la vocación al amor, habéis querido realizar un servicio así a la vida. El vuestro es un testimonio singular, que anuncia al mundo hasta qué punto puede estar abierto el matri monio a un servicio tan noble, extendiéndose desde un ámbito circunscrito hasta uno más libre y espiritual, dominado por la sensibilidad hacia el otro en cuanto otro. Vosotros habéis buscado el rostro de Cristo en el rostro de vuestro hermano pobre e infeliz; y habéis sabido verlo en los niños que ya en el comienzo de su vida se habían quedado sin casa y sin familia. Acogiéndolos en vuestra casa, vosotros los habéis casi reengendrado en el afecto de vuestro corazón, y habéis sabido volcar sobre ellos vuestra esperanza, hasta reconocer en ellos vuestro futuro.

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3. Si es verdad que hoy se ciernen sobre la familia nubes oscuras, consuela el hecho de que surjan tantos testimonios de generosidad en las familias cristianas, induciendo al corazón a abrirse a la esperanza. Las opciones cristianas están, a menudo, en tensión con la mentalidad del ambiente; sin embargo ellas, con la carga de novedad que llevan en sí, resultan propuestas vivas y estimulantes para todos. Desde este punto de vista, la adopción es un signo con el que la familia declara no quererse encerrar en sí misma frente a las situaciones que requieren ayuda particular.

La decisión de adoptar un hijo nunca resulta fácil: ella comporta, en efecto, la asunción de obligaciones complejas y serias. Es, sin embargo, una decisión que enriquece a la comunidad. Os exhorto a tener confianza en vuestra tarea y a confiar en Dios, quien tendrá ciertamente presente vuestro generoso compromiso hacia estos niños y sabrá recompensarlo.

Por tanto, apoyaos en Dios para el desempeño cotidiano de vuestras tareas como padres. Vosotros debéis garantizar el proceso gradual y armónico del crecimiento de estos niños, debéis proveer a su educación, al desarrollo de las actitudes morales y espirituales de su propia personalidad.

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4. Me parece digno de atención el hecho de que se hayan multiplicado hoy progresivamente las familias deseosas de adoptar un menor. Este fenómeno, ciertamente positivo, responde a un valor moral muy alto.

Por esto expreso el deseo de que tomen iniciativas cada vez más eficaces todos los que pueden influir en este sector, a fin de que se logre establecer un clima sereno, abierto, objetivo, hacia la adopción, promoviendo, a nivel de normas y de praxis, su más fácil realización, junto con una más clara comprensión de los problemas humanos, psicológicos y jurídicos que se refieren a ella.

[OR (ed. esp.) 23-XI-1986, 22]