[1269] • JUAN PABLO II (1978-2005) • DEFENDER LA VERDAD SOBRE LA UNIDAD Y SANTIDAD DE LA FAMILIA
Del Discurso Con estas palabras, a la Conferencia Episcopal Colombiana, en Bogotá (Colombia), 2 julio 1986
1986 07 02b 0006
6. En todo caso, sean claras y oportunas vuestras enseñanzas cuando la doctrina de la Iglesia pueda sufrir menoscabo, pues es misión pastoral del Obispo proclamar la verdad y es derecho inalienable del Pueblo de Dios conocer con claridad la doctrina auténtica de la Iglesia.
Con mansedumbre, no exenta de firmeza, continuad enseñando, por todos los medios que estén a vuestro alcance, la verdad sobre Cristo, sobre la Iglesia, sobre el hombre. Conscientes de que sólo “la verdad os hará libres” (11), defended la auténtica doctrina contra los silencios sospechosos, las ambigüedades engañosas, las reducciones mutiladoras, las relecturas subjetivas, las desviaciones que amenazan la integridad y la pureza de la fe.
Os animo y exhorto sobre todo a manteneros firmes en defender la verdad sobre el hombre, que se desprende de la verdad sobre Cristo y sobre la Iglesia, y tiene su aplicación en el campo de los derechos humanos, de la sacralidad de la vida desde el momento de su concepción; proclamad ante la sociedad la indisolubilidad del matrimonio, la unidad y santidad de la familia, contra todos los ataques teóricos y prácticos que se insinúan en vuestro País. Defender el proyecto de Dios sobre el hombre y la mujer, sobre el matrimonio y la vida, no es sólo evidenciar esa ley inscrita por el Creador en la misma naturaleza humana, sino que es poner también las bases de una civilización del amor que no puede construirse si no es desde el respeto recíproco que tiene como punto de convergencia la ley santa de Dios grabada en la conciencia de los hombres.
Que el Espíritu de la verdad, ese Espíritu que “guía hasta la verdad completa” (12), encuentre en vosotros auténticos colaboradores para llevar a cabo esa misión de convencer al mundo en lo referente al pecado, a la justicia y al juicio (13), cuando rechaza la verdad y la vida del Evangelio, como he subrayado recientemente en mi Encíclica “Dominum et Vivificantem” (14).
[AAS 79 (1987), 68-69]
11. Jn. 8, 32.
12. Jn. 16, 13.
13. Cfr. Jn. 16, 8-11.
14. IOANNIS PAULI PP. II, Dominum et vivificantem, 27.