[1302] • JUAN PABLO II (1978-2005) • LA DEFENSA DE LA VIDA Y DE SUS VALORES FUNDAMENTALES
Del Discurso I am pleased, a los Parlamentarios británicos del “Grupo Pro-Vita”, 13 diciembre 1986
1986 12 13a 0001
1. Vuestra presencia hoy aquí me recuerda mi visita pastoral a vuestro país hace varios años. Muchos momentos especiales de esa visita permanecen vivos en mi mente y en mi corazón. Pienso, por ejemplo, en el acto de oración por la familia que tuvo lugar en la ciudad de York. En aquella ocasión hablé de los aspectos positivos de la vida familiar en la sociedad contemporánea y de los fenómenos negativos que las familias están experimentando. Algunos de vosotros quizá recordáis que, en el contexto de este encuentro, dirigí algunas palabras a las autoridades públicas, palabras que quisiera repetir hoy, ya que parecen especialmente apropiadas para este encuentro con vosotros aquí en el Vaticano.
Dije: “Guardad a vuestras familias como si se tratasen de tesoros. Proteged sus derechos. Ayudad a la familia con vuestras leyes y vuestra administración. Permitid que sea oída la voz de la familia en la elaboración de vuestra política. El futuro de vuestra sociedad, el futuro de la humanidad, pasa por la familia” (31 de mayo de 1982: L’Osservatore Romano, Edición en Lengua Española, 6 de junio de 1982, p. 18).
Sé que, como distinguidos miembros del Grupo parlamentario Pro-Vida, sentís una gran preocupación ante el bienestar de la familia y el bien de todos los conciudadanos. De forma especial, vuestros esfuerzos se dirigen hacia la protección de la vida humana desde el momento de la concepción hasta la muerte natural. Estas preocupaciones dan testimonios de vuestra conciencia de la primacía de los valores morales y de vuestras convicciones acerca de la dignidad de toda vida humana.
1986 12 13a 0002
2. Así pues, confío en que estaréis de acuerdo con lo que declaré en mi Exhortación Apostólica sobre el Papel de la Familia Cristiana en el Mundo Moderno, a saber: “Se hace pues necesario recuperar por parte de todos la conciencia de la primacía de los valores morales, que son valores de la persona humana en cuanto tal” (Familiaris consortio, 8).
Todos nosotros podemos contribuir a esta gran tarea. La familia ciertamente desempeña un papel central, como lo reconoce la Iglesia, por su fidelidad a Cristo y al Evangelio. Vosotros, como parlamentarios, debéis dar una aportación especial; y estoy seguro de que lo hacéis así. Para esto, os ofrezco mi apoyo y mi aliento.
[DP (1986), 235]
1986 12 13a 0001
1. Your presence here today reminds me of my pastoral visit to your country several years ago. So many special moments of that visit remain vividly fresh in my mind and heart. I think, for example, of the prayer service for the family which took place in the City of York. On that occasion, I spoke of the positive aspects of family life in contemporary society and of the negative phenomena which families are experiencing. Some of you may recall that, in the context of that meeting, I directed some words to public authorities, words which I would like to repeat today since they seem particularly appropriate as I meet with you here in the Vatican.
I said: “Treasure your families. Protect their rights. Support the family by your laws and administration. Allow the voice of the family to be heard in the making of your policies. The future of your society, the future of humanity, passes by the way of the family” (1).
I know that, as distinguished Members of the Parliamentary Pro-Life Group, you do indeed possess a deep concern for the well-being of the family, and for the good of all your fellow citizens. In a particular way, your efforts are directed towards the protection of human life from the moment of conception until natural death. Such concerns bear witness to your awareness of the primacy of moral values and to your convictions about the dignity of all human life.
1. IOANNIS PAULI PP. II, Homilia ad Missam pro familiis in urbe “York” habita, 7, die 31 maii 1982: Insegnamenti di Giovanni Paolo II, V, 2 (1982) 2011 [1982 05 31/7].
1986 12 13a 0002
2. Accordingly, I am confident that you would agree with what I stated in my Apostolic Exhortation on the Role of the Christian Family in the Modern World, namely: “The great task that has to be faced today for the renewal of society is that of recapturing the ultimate meaning of life and its fundamental values” (2).
All of us can contribute to this great task. The family certainly as a central role to play, as does the Church by her faithfulness to Christ and the Gospel. You, as parliamentarians, have a special contribution to make, one which I know you are eager to fulfil. In this, I offer my personal support and encouragement.
[Insegnamenti GP II, 9/2, 1944-1945]
2. IOANNIS PAULI PP. II, Familiaris consortio, 8 [1981 11 22/8].