[1315] • JUAN PABLO II (1978-2005) • LA FAMILIA, INICIO DE LA EVANGELIZACIÓN
Del Discurso With Fraternal, a los Obispos de Malta, en la visita ad limina, 4 junio 1987
1987 06 04 0005
5. Hasta aquí he hablado de la evangelización en lo que se refiere a la vida interna de la Iglesia: su predicación, su catequesis y sus objetivos educativos. Esta vida interna debe a su vez dirigirse hacia el servicio a Cristo y a su Evangelio dentro de toda la comunidad. Este sentido más amplio de la evangelización comienza con la familia, que desempeña un papel importante como una “Iglesia doméstica” y como la célula principal de la sociedad. La familia es el lugar donde el testimonio del Evangelio recibe una aplicación concreta y después se extiende a los vecinos y a los demás. La manera como viven las familias creyentes –es decir, sus valores, su trabajo y su ocio, y lo que enseñan a sus hijos– da testimonio del significado real del amor, de la donación personal, del servicio, del diálogo, de la libertad, de la preocupación por el bien común, de la oración y de tantas verdades fundamentales acerca de la vida que hoy están amenazadas por el materialismo, el consumismo y la búsqueda del placer. Las familias cristianas están llamadas a ser “apóstoles” unas para otras, mostrando una compasión y un amor auténticos a las familias necesitadas y manteniéndose abiertas a toda la sociedad con una solidaridad sincera.
Sé que, con la ayuda de expertos sacerdotes y laicos, los obispos de Malta han buscado defender el debido respeto a la familia, por medio de una preparación para el matrimonio y de una ayuda a las familias para que afronten los desafíos de forma que sean fieles al Evangelio y a las enseñanzas de la Iglesia, con respecto a la naturaleza del matrimonio y a su indisolubilidad. Os alabo por estos esfuerzos y os animo a perseverar en la evangelización de las familias, para que ellas puedan estar al servicio del don de la vida en todas sus dimensiones, tanto físicas como espirituales. ¡Que Malta sea siempre ejemplar en su estima de la vida familiar!
[OR (ed. esp.) 30-VIII-1987, 9]
1987 06 04 0005
5. Thus far I have spoken of evangelization in terms of the Church’s inner life: her preaching, catechesis and educational goals. That inner life must in turn be directed towards the service of Christ and his Gospel within the entire community. This wider sense of evangelization begins with the family, which plays an important role both as a “domestic Church” and as the primary cell of society. The family is the place where witness to the Gospel receives concrete application and then extends to neighbours and others. The way in which believing families live –that is to say, their values, their work and leisure, and what they teach their children– bears witness to the real meaning of love, self-giving, service, dialogue, freedom, concern for the common good, prayer, and so many fundamental truths about life which are threatened today by materialism, consumerism, and pleasure-seeking. Christian families are called to be “apostles” to each other, showing true compassion and love to families in need, and being open to society as a whole in genuine solidarity.
I know that, with the help of expert clergy and laity, the Bishops of Malta have sought to uphold the reverence due to the family by means of marriage preparation and by helping families to meet challenges in ways that are faithful to the Gospel and Church, with respect for the nature of marriage and its indissolubility. I commend you for these efforts and I encourage you to persevere with the evangelization of families so that they may serve the gift of life in all its dimensions, both physical and spiritual. May Malta always be exemplary in its esteem for family life!
[OR 6-VI-1987, 4]