[1379] • JUAN PABLO II (1978-2005) • EL NÚCLEO FAMILIAR, PRIMERA ESCUELA DE LA VIDA Y DE LA FORMACIÓN DE LOS HIJOS
Del Discurso È per me, a los participantes en la IV Conferencia Internacional sobre el SIDA, organizada por el Pontificio Consejo de la Pastoral para los Agentes Sanitarios, 15 noviembre 1989
1989 11 15 0008
8. Me dirijo ahora a las familias. En el núcleo familiar se halla la primera escuela de vida y de formación de los hijos para la responsabilidad personal en todos sus aspectos, incluido el que está ligado a los problemas de la sexualidad.
Padres: Vosotros podéis realizar la primera y más eficaz acción preventiva ofreciendo a vuestros hijos una recta información y preparándolos para elegir con responsabilidad los justos comportamientos tanto en el ámbito individual como en el social.
En cuanto a las familias que viven en su interior el drama del SIDA, deseo que sientan dirigida para sí la comprensión que el Papa comparte con ellas, consciente de la difícil misión a que están llamadas. Pido al Señor que les conceda la generosidad necesaria para no renunciar a una tarea que, ante Dios y ante la sociedad, han asumido a su tiempo como irrenunciable. La pérdida del calor familiar provoca en los enfermos de SIDA la disminución, e incluso la extinción, de aquella inmunología psicológica y espiritual que, a veces, se revela no menos importante que la física para sostener la capacidad reactiva del sujeto. Sobre todo, las familias nacidas en el signo del matrimonio cristiano tienen la misión de ofrecer un fuerte testimonio de fe y de amor, sin abandonar a su ser querido, sino más bien rodeándolo de solícitos cuidados y de afectuosa compasión.
[E 49 (1989), 1813 ]
1989 11 15 0008
8. Mi rivolgo, poi, alle famiglie. Nel nucleo familiare è la prima scuola di vita e di formazione dei figli alla responsabilità personale in tutti i suoi aspetti, compreso quello legato ai problemi della sessualità.
Genitori, voi potete svolgere la prima e più efficace azione preventiva offrendo ai vostri figli una retta informazione, e preparandoli a scegliere con responsabilità i giusti comportamenti nell’ambito sia individuale che sociale.
Quanto, poi, alle famiglie che vivono al loro interno il dramma dell’AIDS, desidero che sentano a sè rivolta la comprensione partecipe del Papa, ben consapevole della difficile missione a cui sono chiamate. Prego il Signore perchè conceda loro la generosità necessaria per non abdicare ad un compito che, davanti a Dio ed alla società, hanno assunto a suo tempo come irrinunciabile. La perdita del calore familiare provoca nei malati di AIDS la diminuzione e persino l’estinzione di quella immunologia psicologica e spirituale, che a volte si rivela non meno importante di quella fisica per sostenere la capacità reattiva del soggetto. Soprattutto le famiglie nate nel segno del matrimonio cristiano hanno la missione di offrire una forte testimonianza di fede e di amore, non abbandonando il loro caro, ma bensì circondandolo di premurose cure e di affettuosa partecipazione.
[Insegnamenti GP II, 12/2, 1273-1274 ]