[1485] • JUAN PABLO II (1978-2005) • PARTICULAR ATENCIÓN PASTORAL A LA FAMILIA
Del Discurso El Señor, a los Obispos de Guinea Ecuatorial, en la visita ad limina, 18 febrero 1993
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5. En el marco de la actividad evangelizadora, objeto de particular atención ha de ser la familia, pues ella, además de célula primaria de la sociedad, es lugar de encuentro con Dios y ámbito propicio para que se perfeccione la gracia propia del sacramento del matrimonio. Vosotros no habéis dejado de señalar los males que aquejan a la institución familiar en vuestro País: uniones ilícitas, infidelidad, abandono, violación del derecho a la vida, exclusión de la fecundidad, deterioro de los valores de la familia. Se hace, pues, urgente intensificar una acción pastoral que, respondiendo a los diversos retos que se presentan, lleve a las familias a cumplir con la misión de ser cenáculo de amor y espacio de santificación para sus miembros.
Mucho pueden hacer en este campo los laicos, hombres y mujeres cristianos. Por ello, habéis de fomentar la participación y corresponsabilidad eclesial de los seglares. Si bien se han dado ya algunos pasos en este terreno, es aún largo el camino que queda por recorrer. Es preciso, por tanto, avanzar hacia una presencia nueva de la Iglesia y de los católicos en la sociedad ecuatoguineana. Los fieles laicos han de ser fermento del Evangelio para la animación y transformación de las realidades temporales con el dinamismo de la esperanza y la fuerza del amor cristiano.
De un particular reconocimiento por el importante papel que desarrollan en sus comunidades son merecedores los catequistas. Junto con mi viva gratitud, en nombre del Señor, por el trabajo apostólico que realizan, les aliento a un decidido empeño en actualizar su formación para afrontar más adecuadamente los retos de la nueva evangelización. Ellos, con su labor constante y abnegada, colaboran en la urgente tarea de presentar al pueblo fiel los contenidos esenciales de la fe católica, especialmente en el momento presente en el que sectas fundamentalistas y nuevos grupos religiosos llevan a cabo en ciertas zonas de vuestro País campañas proselitistas, sembrando la confusión y diluyendo la coherencia y unidad del mensaje evangélico.
[AAS 86 (1994), 48-49]