[1572] • JUAN PABLO II (1978-2005) • LA FAMILIA, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
Mensaje La Comunità, a los Jefes de Estado de todo el mundo y al Secretario General de la O.N.U., 19 marzo 1994
1994 03 19b 0001
[1.–] La comunidad de las naciones ha entrado hace poco en la celebración del Año Internacional de la Familia, oportunamente promovido por la Organización de las Naciones Unidas.
1994 03 19b 0002
[2.–] La Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, igualmente convocada por la ONU y que se celebrará en El Cairo en el mes de septiembre de 1994, constituirá, por su parte, una importante cita de este año. Los responsables de las naciones tendrán, por ello, la ocasión de puntualizar sobre las reflexiones y sobre los compromisos de las anteriores conferencias que, sobre temas análogos, se celebraron en Bucarest (1974) y en Ciudad de México (1984). Pero la opinión pública espera, sobre todo del encuentro de El Cairo, orientaciones para el futuro, consciente de los grandes retos con los que se enfrenta el mundo, como es el bienestar y el desarrollo de los pueblos, el incremento demográfico en el mundo, el envejecimiento de las poblaciones en algunos países industrializados, la lucha contra las enfermedades, el éxodo forzado de poblaciones enteras.
1994 03 19b 0003
[3.–] La Santa Sede, fiel a su misión y con los instrumentos que le son propios, gustosamente se asocia a todos estos esfuerzos, puestos al servicio de la gran familia humana. También para la Iglesia católica, el 26 de diciembre pasado, ha dado comienzo un Año de la Familia, que invita a todos los fieles a una reflexión espiritual y moral sobre esta realidad humana, fundamento de la vida de las personas y de las sociedades.
1994 03 19b 0004
[4.–] Yo mismo he querido dirigirme personalmente a todas las familias mediante una Carta. Ésta recuerda que todo ser humano “está llamado a vivir en la verdad y en el amor” (n. 16) y que el hogar doméstico sigue siendo aquella escuela de vida donde las tensiones entre autonomía y comunión, entre unidad y alteridad son vividas a un nivel privilegiado y original. Hay allí, creo yo, una fuente de humanidad de la que brotan las mejores energías creadoras del tejido social, que todo Estado debe preservar celosamente. Sin invadir la autonomía de una realidad que ellas no pueden producir, ni sustituir, las autoridades civiles tienen el deber de buscar favorecer el desarrollo armónico de la familia, no solamente desde el punto de vista de su vitalidad, sino también desde aquel otro de la salud moral y espiritual.
1994 03 19b 0005
[5.–] Ésta es la razón por la que el proyecto de documento final de la próxima Conferencia de El Cairo ha llamado mi atención. Ha constituido para mí una dolorosa sorpresa.
1994 03 19b 0006
[6.–] Las innovaciones que contiene, a nivel tanto de conceptos como de terminología, hacen de dicho documento un texto muy diferente de los documentos de las Conferencias de Bucarest y de Ciudad de México. No se puede dejar de sentir temor ante las desviaciones morales, que podrían arrastrar a la Humanidad hacia una derrota, cuya primera víctima sería el propio hombre.
1994 03 19b 0007
[7.–] Se notará, por ejemplo, que el tema del desarrollo, inscrito en el orden del día del encuentro de El Cairo, con la problemática muy compleja de la relación entre población y desarrollo que debería constituir el núcleo principal del debate, pasa, en cambio, casi inadvertido y muy reducido es el número de páginas a él dedicadas. La única respuesta a la cuestión demográfica y a los retos planteados por el desarrollo integral de las personas y de las sociedades parece reducirse a la promoción de un estilo de vida cuyas consecuencias, si fuera aceptado como modelo y plan de acción para el futuro, podrían revelarse particularmente negativas. Los responsables de las naciones tienen el deber de reflexionar en profundidad y según conciencia sobre ese aspecto de la realidad.
1994 03 19b 0008
[8.–] Además, el concepto de la sexualidad contenido en este texto es totalmente individualista, en la medida en la que el matrimonio aparece ya superado. Pero una institución natural tan fundamental y universal como la familia no puede ser manipulada por nadie.
1994 03 19b 0009
[9.–] ¿Quién podría dar semejante mandato a personas o a instituciones? ¡La familia pertenece al patrimonio de la Humanidad! La Declaración Universal de los Derechos Humanos, por otra parte, afirma sin equívocos que la familia es “el elemento natural y fundamental de la sociedad” (art. 16,3). El Año Internacional de la Familia, pues, debería constituir la ocasión privilegiada para que la familia reciba, por parte del Estado, la protección que la Declaración Universal reconoce que se le debe garantizar. No hacerlo sería traicionar los más nobles ideales de la ONU.
1994 03 19b 0010
[10.–] Todavía más graves aparecen las numerosas propuestas de un reconocimiento generalizado, a escala mundial, del derecho al aborto sin restricción alguna: lo que llega más lejos de lo que, por desgracia, permiten ya algunas legislaciones nacionales.
1994 03 19b 0011
[11.–] En realidad. la lectura de este documento que, sin duda, constituye solamente un proyecto, deja la amarga impresión de una imposición: la de un estilo de vida típico de ciertas capas de las sociedades desarrolladas, materialmente ricas, secularizadas. Los países más sensibles a los valores de la naturaleza, de la moral y de la religión ¿aceptarán sin reaccionar, una visión semejante del hombre y de la sociedad?
1994 03 19b 0012
[12.–] Mirando al año 2000, ¿cómo no pensar en los jóvenes? ¿Qué se les propone? Una sociedad de “cosas” y no de “personas”. El derecho de hacer libremente todo desde la más joven edad, sin frenos, pero con el máximo de “seguridad”, posible. La entrega desinteresada de sí, el control de los instintos, el sentido de la responsabilidad son nociones relacionadas con otra época. Sería deseable, por ejemplo, encontrar en estas páginas alguna consideración por la conciencia y por el respeto de los valores culturales y éticos, que inspiran otros modos de concebir la existencia. Existe el temor de que mañana estos mismos jóvenes, cuando sean adultos, pedirán cuentas a los responsables de hoy por haberles privado de razones de vida, por haber omitido señalarles los deberes propios de un ser dotado de corazón y de inteligencia.
1994 03 19b 0013
[13.–] Al dirigirme a vuestra excelencia, no solamente he querido hacerle partícipe de mi inquietud ante un proyecto de documento. He querido, sobre todo, llamar su atención sobre los graves desafíos, que los participantes en la Conferencia de El Cairo tienen el deber de recoger. Cuestiones tan importantes como la transmisión de la vida, la familia, el desarrollo material y moral de las sociedades tienen necesidad, sin duda alguna, de una profundización mayor.
1994 03 19b 0014
[14.–] Ésta es la razón por la que recurro a usted, señor presidente, que se preocupa sinceramente por el bien de sus conciudadanos y de toda la Humanidad. Es importante no debilitar al hombre, el sentido que tiene del carácter sagrado de la vida, su capacidad de amar y de sacrificarse. Se abordan aquí algunos puntos sensibles a través de los cuales nuestras sociedades se construyen o se destruyen.
1994 03 19b 0015
[15.–] Pido a Dios que le infunda discernimiento y coraje, para que le sea permitido abrir, con la colaboración de muchos hombres de buena voluntad en su país y en el mundo, nuevos caminos por los que todos puedan avanzar, mano a mano, y construir juntos aquel mundo renovado que sea verdaderamente una familia, la familia de los pueblos.
[E 54 (1994), 658-659]
1994 03 19b 0001
[1.–] La comunità delle nazioni è entrata da poco nella celebrazione dell’Anno Internazionale della Famiglia, opportunamente promosso dall’Organizzazione delle Nazioni Unite.
1994 03 19b 0002
[2.–] La Conferenza Internazionale sulla Popolazione e lo Sviluppo, parimenti convocata dall’ONU e che si terrà a Il Cairo nel mese di settembre 1994, costituirà anch’essa un importante appuntamento di quest’anno. I responsabili delle nazioni avranno in tal modo l’occasione di fare il punto sulle riflessioni e sugli impegni delle precedenti Conferenze che, su temi analoghi, sono state tenute a Bucarest (1974) ed a Città del Messico (1984). Ma l’opinione pubblica attende soprattutto dall’incontro de Il Cairo orientamenti per il futuro, cosciente delle grandi sfide che il mondo ha dinanzi, quali il benessere e lo sviluppo dei popoli, l’incremento demografico nel mondo, l’invecchiamento della popolazione in alcuni paesi industrializzati, la lotta contro le malattie, l’esodo forzato di intere popolazioni.
1994 03 19b 0003
[3.–] La Santa Sede, fedele alla sua missione e con gli strumenti che le sono propri, volentieri si associa a tutti questi sforzi, posti al servizio della grande famiglia umana. Anche per la Chiesa Cattolica, il 26 dicembre scorso, è iniziato un “Anno della Famiglia”, che invita tutti i fedeli ad una riflessione spirituale e morale su tale realtà umana, fondamento della vita degli individui e delle società.
1994 03 19b 0004
[4.–] Io stesso ho voluto rivolgermi personalmente a tutte le famiglie mediante una Lettera. Essa ricorda a ciascuno che ogni essere umano “è chiamato a vivere nella verità e nell’amore” (Gratissimum sane, 16) e che il focolare domestico resta quella scuola di vita, dove le tensioni tra autonomia e comunione, tra unità ed alterità sono vissute ad un livello privilegiato ed originale. Vi è lì, io credo, una sorgente di umanità da cui sgorgano le migliori energie creatrici del tessuto sociale, che ogni Stato dovrebbe gelosamente preservare. Senza invadere l’autonomia di una realtà che esse non possono né produrre, né sostituire, le Autorità civili hanno il dovere di cercare di favorire lo sviluppo armonioso della famiglia, non solamente dal punto di vista della sua vitalità sociale, ma anche di quello della sua salute morale e spirituale.
1994 03 19b 0005
[5.–] Ecco perchè il progetto di documento finale della prossima Conferenza de Il Cairo ha attirato la mia attenzione. È stata per me una dolorosa sorpresa.
1994 03 19b 0006
[6.–] Le innovazioni che contiene, a livello sia di concetti che di terminologia, ne fanno un testo molto differente dai documenti delle Conferenze di Bucarest e di Città del Messico. Non si può non aver paura degli sbandamenti morali, che potrebbero trascinare l’umanità verso una sconfitta, la cui prima vittima sarebbe proprio l’uomo.
1994 03 19b 0007
[7.–] Si noterà, per esempio, che il tema dello sviluppo, iscritto all’ordine del giorno dell’incontro de Il Cairo, con la problematica molto complessa del rapporto tra popolazione e sviluppo che dovrebbe costituire il cuore del dibattito, passa invece quasi inosservato, tanto ridotto è il numero delle pagine ad esso dedicate. L’unica risposta alla questione demografica e alle sfide poste dallo sviluppo integrale della persona e delle società sembra ridursi alla promozione di uno stile di vita le cui conseguenze, se esso fosse accettato come modello e piano d’azione per l’avvenire, potrebbero rivelarsi particolarmente negative. I responsabili delle nazioni hanno il dovere di riflettere in profondità e secondo coscienza su tale aspetto della realtà.
1994 03 19b 0008
[8.–] Inoltre, la concezione della sessualità sottesa a questo testo è totalmente individualista, nella misura in cui il matrimonio appare ormai superato. Ma un’istituzione naturale così fondamentale ed universale come la famiglia non può essere manipolata da nessuno.
1994 03 19b 0009
[9.–] Chi potrebbe dare un tale mandato ad individui o ad istituzioni? La famiglia appartiene al patrimonio dell’umanità! La Dichiarazione Universale dei Diritti dell’Uomo, d’altronde, afferma senza equivoci che la famiglia è “l’elemento naturale e fondamentale della società” (art. 16,3). L’Anno Internazionale della Famiglia dovrebbe dunque costituire l’occasione privilegiata, perchè la famiglia riceva, da parte della società e dello Stato, la protezione che la Dichiarazione Universale riconosce doverlesi garantire. Non farlo sarebbe tradire i più nobili ideali dell’ONU.
1994 03 19b 0010
[10.–] Ancora più gravi appaiono le numerose proposte di un riconoscimento generalizzato, su scala mondiale, del diritto all’aborto senza restrizione alcuna: il che va ben al di là di quanto purtroppo consentono già diverse legislazioni nazionali.
1994 03 19b 0011
[11.–] In realtà, la lettura di questo documento che, è vero, costituisce solo un progetto, lascia l’amara impressione di un’imposizione: quella di uno stile di vita tipico di certe frange delle società sviluppate, materialmente ricche, secolarizzate. I paesi più sensibili ai valori della natura, della morale e della religione accetteranno senza reagire una simile visione dell’uomo e della società?
1994 03 19b 0012
[12.–] Guardando all’anno Duemila, come non pensare ai giovani? Che cosa viene loro proposto? Una società di “cose” e non di “persone”. Il diritto di fare liberamente tutto fin dalla più giovane età, senza freni, ma con il massimo della “sicurezza” possibile. Il dono disinteressato di sè, il controllo degli istinti, il senso della responsabilità sono nozioni considerate legate ad un’altra epoca. Sarebbe auspicabile, ad esempio, trovare in queste pagine qualche considerazione per la coscienza e per il rispetto dei valori culturali ed etici, che ispirano altri modi di concepire l’esistenza. V’è da temere che domani questi stessi gio vani, divenuti adulti, chiederanno conto ai responsabili di oggi per averli privati di ragioni di vita, avendo omesso di indicare loro i doveri propri di un essere dotato di cuore e di intelligenza.
1994 03 19b 0013
[13.–] Rivolgendomi a Vostra Eccellenza, non ho soltanto voluto farLa partecipe della mia inquietudine dinanzi ad un progetto di documento. Ho voluto soprattutto attirare la Sua attenzione sulle gravi sfide, che i partecipanti alla Conferenza de Il Cairo hanno il dovere di raccogliere. Questioni tanto importanti come la trasmissione della vita, la famiglia, lo sviluppo materiale e morale delle società hanno bisogno sicuramente di un approfondimento maggiore.
1994 03 19b 0014
[14.–] Ecco perchè faccio appello a Lei, Signor Presidente, che ha a cuore il bene dei Suoi concittadini e di tutta l’umanità. È importante non indebolire l’uomo, il senso che egli ha del carattere sacro della vita, la sua capacità di amare e di sacrificarsi. Si toccano qui alcuni punti sensibili attraverso i quali le nostre società si costruiscono o si distruggono.
1994 03 19b 0015
[15.–] Prego Dio di ispirarLe discernimento e coraggio, perchè Le sia dato di tracciare, con la collaborazione di molti uomini di buona volontà nel Suo Paese e nel mondo, strade nuove, dove tutti possano camminare mano nella mano e costruire insieme quel mondo rinnovato che sia veramente una famiglia, la famiglia dei popoli.
[Insegnamenti GP II, 17/1, 763-766]