Warning: Undefined variable $limit in /var/www/vhosts/enchiridionfamiliae.com/httpdocs/cabecera.php on line 6
Magisterio sobre amor, matrimonio y familia <br /> <b>Warning</b>: Undefined variable $titulo in <b>/var/www/vhosts/enchiridionfamiliae.com/httpdocs/cabecera.php</b> on line <b>29</b><br />
INICIO CRONOLOGICO DOCUMENTOS ESCRITURA CONCILIOS PAPAS AUTORES LUGARES MATERIAS EDICIONES
EDITORES

Warning: Undefined array key "buscado" in /var/www/vhosts/enchiridionfamiliae.com/httpdocs/y_componer2.php on line 8

[1632] • JUAN PABLO II (1978-2005) • LA FAMILIA, CUNA DE LA CIVILIZACIÓN DEL AMOR

Discurso C’est avec beaucoup, a una peregrinación organizada por la “Congregación de San Juan”, 31 octubre 1994

1994 10 31 0001

[1.–] Con mucha alegría os acojo a vosotros, peregrinos que habéis venido en un gran número a Roma con ocasión del Año de la familia y, también, de la clausura del Sínodo de los obispos sobre la vida consagrada. Doy las gracias al querido padre Marie-Dominique Philippe, por haberos guiado hasta mí.

1994 10 31 0002

[2.–] La presencia de religiosos y laicos entre vosotros demuestra que, en la Iglesia, la vida consagrada y la vida conyugal y familiar son modos complementarios de vivir la condición de discípulos de Cristo. Como familias y personas consagradas durante esta peregrinación podréis meditar en la exhortación de san Juan: “En esto hemos conocido lo que es amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la vida por los demás” (1 Jn 3, 16).

1994 10 31 0003

[3.–] Estas palabras son muy importantes, porque dan una clave esencial para la vida de la familia. Defender su dignidad y grandeza significa, ante todo, mostrar la generosidad y el desinterés de la entrega personal, para que madure la comunión fecunda del amor entre los seres unidos por el vínculo del matrimonio. ¡Sed siempre testigos de ese incomparable don de Dios! Que vuestros hogares reflejen la bondad divina en la sencillez y la humildad de la vida diaria: mediante el respeto mutuo de los esposos, la acogida generosa de la vida de los niños, la dedicación total que requiere la educación, los vínculos estables mantenidos con los parientes más ancianos o con los hermanos y hermanas que han tomado, quizá, otros caminos, y la apertura de vuestras casas a los hombres y mujeres de vuestro ambiente que han sido heridos y a los que no podéis abandonar a la vera del camino.

1994 10 31 0004

[4.–] Sí, en la intimidad de vuestra vida familiar y en la comunidad eclesial y social donde vivís, día tras día sed signos visibles del amor con el que Dios nos ama.

1994 10 31 0005

[5.–] La construcción paciente de una familia es un testimonio que el mundo espera de los discípulos de Cristo, y la mejor contribución a la defensa de la institución familiar. Pedimos que las familias se beneficien de una solidaridad activa, que las ayude a desarrollarse y a afrontar sus tareas. Al mismo tiempo, contamos con las familias, porque están en la vanguardia para impulsar la civilización del amor.

1994 10 31 0006

[6.–] En este Año de la familia, he recordado con frecuencia que la familia es la ecclesiola, la Iglesia doméstica, como afirmó el concilio Vaticano II (cf. Lumen gentium, 11). En efecto, la vitalidad de las comunidades que integran la Iglesia depende, en buena parte, de la fe y la caridad que se viven en las familias cristianas. El impulso espiritual y misionero de la Iglesia depende de ellas, aunque sólo sea por el papel que desempeñan los padres en el despertar religioso y en el desarrollo de los niños y los jóvenes. Creo que vuestra participación ilustra también con elocuencia la gran importancia que tiene la familia para las vocaciones sacerdotales y religiosas.

1994 10 31 0007

[7.–] Queridos amigos, me alegra tener esta oportunidad de alentar cordialmente a toda la familia de la congregación de San Juan. Os agradezco a todos la atención fiel que prestáis a mi ministerio de Sucesor de Pedro. Sed todos servidores del Evangelio, testigos de las maravillas de Dios y constructores de la comunión eclesial en la unidad eterna de las Iglesias particulares en las que vivís. Religiosos y familias, avanzad en la peregrinación de la fe, guiados por la Madre del Creador, en la alegría y a la esperanza, gaudium et spes. Que el Señor os bendiga.

[O.R. (e.c.), 18.XI.1994, 6]