[1703] • JUAN PABLO II (1978-2005) • LA IMPORTANCIA DE LA FAMILIA EN EL SURGIR DE LAS VOCACIONES
Del Discurso Con sumo gusto, a los participantes en la IV Asamblea Plenaria de la Pontificia Comisión para la América Latina, 23 junio 1995
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4. Como puse de relieve en el Discurso inaugural de la Conferencia de Santo Domingo, “condición indispensable para la Nueva Evangelización es poder contar con evangelizadores numerosos y cualificados” (8), Por eso es muy oportuno el tema escogido para vuestra Reunión. De cara al tercer milenio habéis examinado el problema de los Evangelizadores: obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, teniendo presente la importancia de la solidaridad y la cooperación, en orden a un intercambio de dones entre las Iglesias.
A los obispos, con los presbíteros, sus colaboradores inmediatos, les corresponde, por mandato divino y por la naturaleza jerárquica de la Iglesia, un cometido primordial en la Evangelización. En efecto, entre sus principales funciones destaca el anuncio del Evangelio (9). De ahí la necesidad de la presencia asidua, activa, vigilante y estimulante de los Pastores entre sus colaboradores y entre sus propios fieles.
Los religiosos y religiosas, por su vocación y entrega, tienen también una especial función en la tarea evangelizadora. Bien conocida es la gran labor misionera tan generosa y eficaz que realizaron y siguen realizando (10).
La Iglesia, además, es consciente de que para llevar a cabo esta obra necesita de la cooperación activa de los laicos y, entre ellos, la de los jóvenes, llamados a ser evangelizadores de los mismos jóvenes. En esta tarea la familia, santuario doméstico donde comienza y se afianza la vida cristiana y la vocación al apostolado, tiene también un papel básico.
8. Ioannis Pauli PP. II Allocutio Sancti Dominici, ineunte IV generali coetu episcoporum Americae Latinae, 26, die 12 oct. 1992: Insegnamenti di Giovanni Paolo II, XV, 2 (1992) 336; cfr. Ioannis Pauli PP. II Pastores Dabo Vobis, 82.
9. Ioannis Pauli PP. II Allocutio Sancti Dominici, ineunte IV generali coetu episcoporum Americae Latinae, 26, die 12 oct. 1992: Insegnamenti di Giovanni Paolo II, XV, 2 (1992) 336; cfr. Ioannis Pauli PP. II Pastores Dabo Vobis, 82.
10. Cfr. Lumen Gentium, 46.
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5. Por eso quiero pedir a las familias católicas de América Latina que sean generosas en facilitar que sus hijos e hijas sigan la llamada al sacerdocio o a la vida consagrada (11), de modo que un florecimiento de vocaciones asegure la difusión y afianzamiento del cristianismo, así como la acción apostólica y misionera en ese querido Continente.
A los jóvenes les dirijo un llamado a hacerse más disponibles en su entrega a Cristo al servicio de la Iglesia (12). Ellos saben bien que al Señor, si no se le da todo, no se le ha dado nada. Por eso quiero recordar que “tengo una gran confianza en la capacidad que los jóvenes tienen de ser auténticos intérpretes del Evangelio” (13). Ellos serán los artífices de la Evangelización en el tercer milenio y de ellos depende que América Latina, Continente evangelizado durante estos quinientos años, pase a ser en el tercer milenio un Continente evangelizador que mire a Europa, a África y a los Pueblos de Asia, como es el caso de las Islas Filipinas, que fueron evangelizadas por España a través de México.
[AAS 88 (1996), 263-264]
11. Cfr. Ioannis Pauli PP. II Los Caminos del Evangelio, 2-3.
12. Cfr. Ioannis Pauli PP. II Pastores Dabo Vobis, 82.
13. Cfr. Ioannis Pauli PP. II Pastores Dabo Vobis, 82.