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[3.–] Dios recompense al Centro WAJ (Centro de pastoral de los universitarios de Cracovia, dirigido por los jesuitas) por su visita a Castelgandolfo. Una visita muy intensa, como sucedía en Cracovia, en el centro de los jesuitas y en la calle Franciszkanska, y seguramente en otros muchos lugares donde me encontraba, sobre todo, con jóvenes universitarios. Todos esos encuentros se parecían, pero los del WAJ eran siempre los más ricos en cantos. Y así sigue siendo todavía hoy. El Centro WAJ canta: espero que sus cantores vengan alguna vez a cantar a Roma.

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[4.–] Los niños crecen. Ésta es la única cosa que ha cambiado en el Centro WAJ: antes había sólo universitarios, y ahora están los padres y los hijos, grandes y pequeños, incluso recién nacidos.

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[5.–] Sí, éste es el testimonio que el Centro WAJ ofrece a sí mismo. Sabemos que el padre Czeslaw, al fundar la Academia Amoris (el curso de preparación para la vida en familia), releía el eterno camino que el hombre recorre durante su vida, el camino de la vocación al matrimonio y a la familia. Habéis hecho con él esta lectura, habéis hecho vuestro este camino, y ahora lo estáis recorriendo en diversos lugares, en sus diferentes etapas. Me doy cuenta que sois felices y estáis agradecidos a dicho Centro por haberos mostrado este camino. En este camino seguís formando parte del Centro WAJ. Yo también me alegro mucho por ello.

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[6.–] Dios tiene sus caminos, sus modos de llamar a los hombres. Seguramente también entre vosotros hay vocaciones sacerdotales y religiosas, pero la vocación a la familia sigue siendo siempre fundamental.

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[7.–] Me alegra haberme encontrado con el Centro WAJ de las familias. Me alegra muchísimo. Espero que estas familias, que han crecido en el seno del Centro pastoral de los universitarios de los padres jesuitas, conduzcan a las nuevas generaciones hacia el futuro, puesto que aquí no se trata sólo del hombre o de una única familia, sino también de comunidades más grandes, del destino de la nación y de la Iglesia.

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[8.–] Al escucharos, al vivir con vosotros esta velada, me doy cuenta cuán fuerte es vuestra pertenencia a la nación polaca, con cuánto empeño formáis parte de esta nación, vosotros que sois una comunidad creativa y responsable, orientada hacia el futuro. Esta comunidad polaca es, al mismo tiempo, una verdadera comunidad eclesial. Habéis aprendido todo esto en el Centro WAJ, y hoy os agradezco que lo hayáis traído también a Castelgandolfo.

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[9.–] Éste es un gran compromiso. Me siento identificado con todo lo que habéis cantado durante estos años, en vuestro compromiso social. No se trata de un concierto, sino de un compromiso; es una invitación a cantar juntos, como en otro tiempo ante el fuego, como en Cracovia, como en tantos otros lugares.