[1759] • JUAN PABLO II (1978-2005) • LOS PADRES, PRIMEROS Y PRINCIPALES EDUCADORES
Del Discurso L’educazione, en la Audiencia General, 4 febrero 1996
1996 02 04 0002
2. La Gravissimum educationis establece una jerarquía precisa entre los educadores, reconociendo una tarea primaria a la familia y, en particular, a los padres. Esto no exonera a la Iglesia, a la comunidad civil y al Estado de sus precisas responsabilidades en el ámbito educativo, pero sobre todo los padres, por el hecho de haber transmitido la vida a sus hijos, son necesariamente “los primeros y principales educadores” (n. 3).
El Concilio reconoce gran importancia a la institución escolar (cf. n. 5), que es imprescindible para una formación adecuada de la juventud, especialmente frente a los desafíos de la sociedad moderna en constante y rápida evolución. El derecho a la educación implica también el derecho a la escuela. Por eso, corresponde al Estado garantizar su plena aplicación, tanto instituyendo escuelas propias como sosteniendo las que, administradas por instituciones no estatales, den suficientes garantías en el plano de los proyectos educativos y por la seriedad de su funcionamiento (cf. n. 6). Desde este punto de vista, la Gravissimum educationis se preocupó de invitar a las escuelas católicas a prestar un servicio cada vez más cualificado, realizando una síntesis eficaz entre fe y cultura y contribuyendo al bien común de toda la sociedad.
[DP-27 (1996), 48-49]
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2. La Gravissimum educationis individua una precisa gerarchia tra gli educatori, riconoscendo un compito primario alla famiglia e, in particolare, ai genitori. Questo non esonera la Chiesa, la Comunità civile, lo Stato da precise responsabilità in ambito educativo, ma sono soprattutto i genitori che, per il fatto d’aver trasmesso ai figli la vita, ne sono necessariamente “i primi e principali educatori”3.
Grande importanza il Concilio riconosce all’istituzione scolastica4, divenuta irrinunciabile per un’adeguata formazione della gioventù, specialmente di fronte alle sfide della società moderna in costante e rapida evoluzione. Il diritto all’educazione comporta pure il diritto alla scuola; spetta, pertanto, allo Stato garantirne il pieno soddisfacimento, sia istituendo proprie scuole, sia sostenendo quelle che, gestite da enti non statali, offrano sufficienti garanzie sul piano dei progetti educativi e per la serietà di funzionamento (5). Sotto questo profilo la Gravissimum educationis si è preoccupata di invitare le scuole cattoliche a rendere un servizio sempre più qualificato, operando un’efficace sintesi tra fede e cultura e contribuendo al bene comune dell’intera società.
[Insegnamenti GP II, 19/1, 215]
3. GE, 3 [1965 10 28b/ 3].
4. Cfr GE., 5.
5. Cfr. GE., 6 [1965 10 28b/ 6].