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Magisterio sobre amor, matrimonio y familia <br /> <b>Warning</b>: Undefined variable $titulo in <b>/var/www/vhosts/enchiridionfamiliae.com/httpdocs/cabecera.php</b> on line <b>29</b><br />
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[1828] • JUAN PABLO II (1978-2005) • LA IMPORTANCIA DE LA FAMILIA

Del Discurso Vroucne jsem,  a la Conferencia Episcopal, Praga (Chequia), 25 abril 1997

1997 04 25b 0004

La importancia de la familia

4. La familia debe ocupar el centro de vuestra solicitud pastoral. Al ser “iglesia doméstica” es la más sólida garantía para la anhelada renovación con vistas al tercer milenio. Expreso mi aprecio por las múltiples iniciativas y por los varios centros para la familia, que han surgido en todo el país a fin de proporcionar una ayuda concreta a la infancia, a la juventud que atraviesa dificultades y a las madres solteras.

En la familia, íntimamente marcada por usos, tradiciones, costumbres y ritos profundamente impregnados de fe, se encuentra el terreno más adecuado para el florecimiento de las vocaciones. Cuando la voz de los pastores era silenciada por la fuerza, las familias supieron mantener la herencia cristiana de sus antepasados y fueron una fragua de formación cristiana para los hijos, de entre los cuales salieron numerosos sacerdotes, religiosos y religiosas. La actual mentalidad consumista puede tener repercusiones negativas en el nacimiento y en el cuidado de las vocaciones; de aquí la necesidad de dar prioridad pastoral a la promoción de las vocaciones sacerdotales y de especial consagración.

La familia es también el fulcro formativo de la juventud. La Europa del año 2000 necesita jóvenes generosos, ardientes, puros, que sepan responsabilizarse de su futuro. Amadísimos hermanos en el episcopado, deseo expresar mi aprecio en especial por la solicitud con que seguís el crecimiento humano y espiritual de la juventud. Ya desde el tiempo de la opresión, existía una gran red de actividades, dirigidas por sacerdotes valientes, con vistas a la formación de los jóvenes. De esa forma se llevó a cabo una acción capilar en beneficio de la juventud, con casas de acogida, retiros espirituales y encuentros formativos periódicos. Esa fecunda actividad ha producido muchos frutos de madurez espiritual. Así pues, conviene apoyar, en esta perspectiva, todas las iniciativas de voluntariado que puedan contribuir a la formación de la juventud.

[OR (e.c.) 2.V.1997, 6]