Warning: Undefined variable $limit in /var/www/vhosts/enchiridionfamiliae.com/httpdocs/cabecera.php on line 6
Magisterio sobre amor, matrimonio y familia <br /> <b>Warning</b>: Undefined variable $titulo in <b>/var/www/vhosts/enchiridionfamiliae.com/httpdocs/cabecera.php</b> on line <b>29</b><br />
INICIO CRONOLOGICO DOCUMENTOS ESCRITURA CONCILIOS PAPAS AUTORES LUGARES MATERIAS EDICIONES
EDITORES

Warning: Undefined array key "buscado" in /var/www/vhosts/enchiridionfamiliae.com/httpdocs/y_componer2.php on line 8

[1847] • JUAN PABLO II (1978-2005) • DAR TESTIMONIO DE LA VOCACIÓN MATRIMONIAL

Del Mensaje Il cammino, para la XXXV Jornada Mundial de Oración  por las Vocaciones, 24 septiembre 1997

1997 09 24 0005

5. [...] Vosotros, esposos cristianos, estad dispuestos a dar testimonio de la realidad profunda de vuestra vocación matrimonial: la armonía en el hogar, el espíritu de fe y de oración, el ejercicio de las virtudes cristianas, la apertura a los otros, sobre todo a los más pobres, la participación en la vida eclesial, la serena fortaleza para afrontar las dificultades diarias, constituyen el terreno favorable para la maduración vocacional de los hijos. La familia, considerada como “iglesia doméstica” y sostenida por la gracia sacramental del matrimonio, es la escuela permanente de la “civilización del amor”, donde es posible aprender que sólo del don libre y sincero de sí mismo brota la plenitud de la vida.

Y vosotros, educadores, catequistas, animadores pastorales y cuantos desempeñáis funciones educativas, sentíos, en el desempeño de vuestro importante y laborioso servicio, cooperadores del Espíritu. Ayudad a la juventud para que libere sus corazones y sus mentes de cuanto obstaculiza su camino; impulsadlos a dar lo mejor de sí mismos en una tensión constante de crecimiento humano y cristiano; moldead en ellos, con la luz y la fuerza de la palabra evangélica, los sentimientos más profundos, para que de este modo, si son llamados, puedan realizar su vocación para el bien de la Iglesia y del mundo.

Este año, el camino de preparación al jubileo del año 2000, poniendo en el centro al Espíritu Santo, nos invita a prestar una atención particular al sacramento de la confirmación. Por esto, en este momento, deseo dirigir unas palabras, en particular, a aquellos que en este tiempo reciben dicho sacramento. Amadísimos, el obispo, dirigiéndose a vosotros en el curso del rito de la confirmación, dice: “El Espíritu Santo que vais a recibir como don, como sello espiritual, completará en vosotros la semejanza con Cristo y os unirá más fuertemente, como miembros vivos, a la Iglesia”. Comienza, por tanto, para vosotros un tiempo privilegiado, durante el cual se os invita a cuestionaros y a cuestionar a la comunidad cristiana, de la que habéis sido hechos miembros vivos, sobre el sentido pleno que debéis dar a vuestra existencia. Es un tiempo de discernimiento y de opción vocacional. Escuchad la invitación de Jesús: “Venid y veréis”. Dad vuestro testimonio de Cristo en la comunidad eclesial, según el designio totalmente personal e irrepetible que Dios tiene sobre vosotros. Dejad que el Espíritu Santo, derramado en vuestros corazones, os conduzca a la verdad y os haga testigos de la libertad auténtica y del amor. No os dejéis sojuzgar por los fáciles y falaces mitos del efímero éxito humano y de la riqueza. Al contrario, no tengáis miedo de recorrer los caminos exigentes y valientes de la caridad y del compromiso generoso. Preparaos para “dar razón de la esperanza que hay en vosotros delante de todos” (1 P 3, 15).

[OR (e.c.) 21.XI.1997, 2, 4]