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[2087] • BENEDICTO XVI (2005- • EL COMPROMISO POR LA FAMILIA, INDISPENSABLE PARA LA PAZ Y LA RECONCILIACIÓN
Del Discurso C’est avec plaisir, a un grupo de once nuevos Embajadores ante la Santa Sede en la presentación de las Cartas Credenciales, 1 diciembre 2005
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[2.] De todas partes del mundo llegan noticias concernientes a conflictos. Esta mañana quiero hacer un nuevo llamamiento para que los responsables de las naciones y todos los hombres de buena voluntad se tiendan la mano, para poner fin a la violencia, que desfigura a la humanidad e hipoteca el crecimiento de los pueblos y la esperanza de numerosas poblaciones. Sin el compromiso de todos para restablecer la paz y crear un clima de pacificación y un espÃritu de reconciliación en todos los niveles de la vida social, comenzando por el ámbito de la familia, no será posible avanzar por el camino de una sociedad pacificada.
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[3.] Desde esta perspectiva, para un desarrollo cada vez más armonioso de los pueblos, es importante prestar una atención especial a la juventud, dando a las familias y a las diferentes estructuras educativas los medios para formar y educar a los jóvenes, para transmitirles los valores espirituales, morales y sociales fundamentales, preparándolos asà con miras a un futuro mejor y a una verdadera conciencia de su papel en la sociedad y de las actitudes que deben adoptar para servir al bien común y estar atentos a todos. Este es uno de los caminos más importantes para que, a largo plazo, el mundo salga del engranaje de la violencia.
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[4.] Por su parte, la Iglesia católica, presente en todos los continentes, no cesa de aportar su contribución, desarrollando numerosas obras educativas y formando el sentido religioso de las personas, lo cual no puede por menos de aumentar en cada uno el sentido de fraternidad y de solidaridad.
[Insegnamenti BXVI, I (2005), 878]
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De toutes les parties du monde parviennent des informations concernant des conflits. Je voudrais ce matin lancer un nouvel appel pour que les Responsables des Nations et tous les hommes de bonne volonté se donnent la main pour faire cesser la violence, qui défigure lâhumanité et qui hypothèque la croissance des peuples et lâespérance de nombreuses populations. Sans lâengagement de tous à faire la paix, à créer un climat de pacification et un esprit de réconciliation à tous les niveaux de la vie sociale, à commencer par le cadre de la famille, il ne sera pas possible dâavancer sur la voie dâune société pacifiée.
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Dans cette perspective, pour un développement toujours plus harmonieux des peuples, il est important de porter une attention spéciale à la jeunesse, en donnant aux familles et aux différentes structures éducatives les moyens de former et dâéduquer les jeunes, de leur transmettre les valeurs spirituelles, morales et sociale essentielles, les préparant ainsi à un avenir meilleur et à une véritable conscience de leur rôle dans la société et des attitudes quâils doivent adopter pour servir le bien commun et pour être attentifs à tous. Câest une des voies essentielles pour que, à long terme, le monde sorte de lâengrenage de la violence.
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Pour sa part, lâÃglise catholique, présente sur tous les continents, ne cesse dâapporter son concours, en développant de nombreuses Åuvres éducatives et en formant le sens religieux des individus, qui ne peut que faire grandir en chacun le sens de la fraternité et de la solidarité.