[2168] • BENEDICTO XVI (2005- • NECESIDAD DE LA PREPARACIÓN PARA EL MATRIMONIO
Del Discurso It is a great a los miembros de la Conferencia Episcopal de Laos y Camboya en visita ad limina, 6 septiembre 2007
2007 09 06 0006
Os aliento también a desarrollar la educación de los jóvenes de vuestras comunidades. En la vida de la sociedad, al asumir sus compromisos de cristianos, a menudo se encuentran ante situaciones complejas que exigen que se les preste una atención pastoral adecuada. Es particularmente indispensable una preparación apropiada para el matrimonio cristiano; asà los jóvenes podrán afrontar las presiones sociales y desarrollar las cualidades humanas y espirituales necesarias para la formación de parejas unidas y armoniosas. Es necesario que aprendan a ver que âlos valores familiares, como el respeto filial, el amor y el cuidado de los ancianos y los enfermos, el amor a los pequeños y la armonÃa, son tenidos en gran estima en todas las culturas y tradiciones religiosas de ese continenteâ (Ecclesia in Asia, 46). Los jóvenes deben encontrar en las familias el lugar habitual para crecer humana y espiritualmente. Deseo, pues, que cada vez más sean verdaderos hogares de evangelización, donde cada uno experimente el amor de Dios, que entonces podrá comunicarse a los demás y, ante todo, a los niños.
[Insegnamenti BXVI, III/2 (2007), 221]
2007 09 06 0006
I also encourage you to develop the education of young people in your communities. In order to take on their Christian engagements they are often confronted by complex situations in social life that demand specific pastoral attention. In particular, an appropriate preparation for Christian marriage is indispensable if the young are to be able to withstand social pressures and develop the human and spiritual qualities required to establish themselves as united and harmonious couples. May they learn to preserve family values such as âfilial respect, love and care for the aged and the sick, love of children and harmony [which] are held in high esteem in all Asian cultures and religious traditionsâ (Ecclesia in Asia, n. 46). The young must find in their own families the normal place in which to grow humanly and spiritually. I therefore hope that families will always be true centres of evangelization where each one can experience the love of God that may then be communicated to others and first of all to children.