INICIO CRONOLOGICO DOCUMENTOS ESCRITURA CONCILIOS PAPAS AUTORES LUGARES MATERIAS EDICIONES
EDITORES

[0356] • PÍO XII, 1939-1958 • CONSAGRACIÓN DE LAS FAMILIAS AL CORAZÓN DE JESÚS

De la Alocución A voi, sposi, a unos recién casados, 14 junio 1939

1939 06 14 0003

[3.–] La devoción al Sacratísimo Corazón del Redentor del mundo, que en estos últimos tiempos se ha difundido tan admirablemente por toda la Iglesia en las más elevadas y varias manifestaciones, ha sido establecida y querida por el mismo Salvador divino, al solicitar y sugerir Él mismo los obsequios con los que deseaba que fuese honrado su Corazón adorable.

1939 06 14 0004

[4.–] Jesús determinó el fin de esta querida devoción, cuando en la más célebre de las apariciones a Santa Margarita María Alacoque prorrumpió en aquellas doloridas palabras: “He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres y de tantos beneficios les ha colmado, que no ha rehusado nada hasta agotarse y consumarse por testimoniarles su amor: y en cambio no recibe de la mayor parte de ellos sino ingratitudes”.

1939 06 14 0005

[5.–] Amor y reparación: esto es lo que de modo especialísimo pide esta devoción; amor para corresponder al que tanto nos amó; reparación para resarcir los ultrajes inferidos a este amor infinito.

1939 06 14 0006

[6.–] Y para incitar a los hombres a que acojan estos deseos suyos, Jesús se dignó confirmarlos con las más largas promesas.

1939 06 14 0007

[7.–] Entre éstas hay algunas que dicen especial relación a las familias cristianas, y por tanto a los esposos, a los padres y a los hijos que mañana vendrán a alegrar vuestro hogar doméstico.

1939 06 14 0008

[8.–] “Yo traeré y conservaré la paz en sus familias. Bendeciré las casas en que la imagen de mi Corazón sea expuesta y honrada”.

1939 06 14 0009

[9.–] De estas promesas puede decirse que tiene su origen aquella manifestación de culto familiar que se llama la Consagración de las familias al Sagrado Corazón de Jesús, y que en esta circunstancia queremos recomendaros a vosotros, esposos cristianos, que acabáis de iniciar nuevas familias al pie del altar de Dios.

1939 06 14 0010

[10.–] Esta consagración significa una entrega completa al divino Corazón: es un reconocimiento de la soberanía de Nuestro Señor sobre la familia: expresa una confiada súplica para obtener sobre la propia casa sus bendiciones y el cumplimiento de sus promesas. Al consagrarse la familia al divino Corazón, protesta querer vivir de la vida misma de Jesucristo y hacer florecer las virtudes que Él enseñó y vivió. Él preside las reuniones, bendice las empresas, santifica los goces, alivia los afanes, conforta a los moribundos, infunde resignación a los que aquí quedan.

[FC, 10-13]