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[0548] • JUAN XXIII, 1958-1963 • EJEMPLO DE LA FAMILIA

De la Alocución Una grande gioia, a los Delegados al XIII Congreso Nacional de la Confederación Italiana de Agricultores, 22 abril 1959

1959 04 22 0011

[11.–] [...] La adhesión a la tierra se comprende y se aprecia tan sólo en el amor a la propia familia, en la cual se esconde el secreto de la integridad y de la fuerza de cada una de las naciones. El éxodo de los campos lleva como directa consecuencia suya una herida, y a veces una disgregación de la institución familiar, al absorber ideas y costumbres que la dañan.

1959 04 22 0012

[12.–] ¡Qué espectáculo, por lo contrario, se abre a la mirada, al contemplar el maravilloso cuadro de innumerables familias, que custodian celosamente las virtudes más genuinas y netamente cristianas!, donde el padre es guía firme y seguro, ejemplo de rectitud, de laboriosidad, de sacrificio; donde la madre, como activa abeja, realiza silenciosamente, sostenida por la confianza en Dios, la ardua misión de educadora y trabajadora; donde los animosos jóvenes, más sencillos y sanos por el contacto con la naturaleza, y más preservados de los peligros, crecen puros y fuertes, esperanza y consuelo de los padres; donde los pequeños, como retoños de olivo en torno a la mesa(1) alegran la casa, llevando consigo las bendiciones del Señor. No es un cuadro imaginario el que hemos trazado, sino una realidad, gracias a Dios aún viva; y de muchos de estos ejemplos Nos mismo somos testigo, complacidos y conmovidos.

1. Ps. 127, 3.

1959 04 22 0013

[13.–] ¡Amad, pues, la familia! Nos dirigimos especialmente a las mujeres campesinas, cuyo Congreso ha tratado tantos problemas delicados. Las deseadas mejoras de trabajo y de renta, el esfuerzo por el enriquecimiento cultural y espiritual, deben tender aquí únicamente a la perfecta floración de la vida familiar. Vuestra gloria, por lo tanto, vuestra santa ambición sea la de tener una familia sana, honesta, laboriosa, sobre la que pueda posarse complaciente la mirada de Dios; una familia que sea ejemplo por el espíritu de piedad y de bondad, y también por la alegre armonía, temperada por las pruebas, a través de la cual es más fácil la real colaboración, en el esfuerzo por alcanzar un más elevado nivel de vida.

[EyD 1, 835-836]