INICIO CRONOLOGICO DOCUMENTOS ESCRITURA CONCILIOS PAPAS AUTORES LUGARES MATERIAS EDICIONES
EDITORES

[0567] • JUAN XXIII, 1958-1963 • LA FORMACIÓN CRISTIANA DE LOS ESPOSOS Y LA DEFENSA DE LOS VALORES MORALES DE LA FAMILIA

De la Carta autógrafa Al dirigirnos, al II Congreso Nacional de la Familia, celebrado en España, 14 junio 1961

1961 06 14 0002

[2.–] Muy dentro de nuestro corazón llevamos cuanto significa defender la santidad de la familia, sus derechos, sus altos destinos en calidad de células fundamentales y estructura básica de la comunidad humana. En la doctrina y en la acción constante de veinte siglos de historia, abundan los testimonios del interés de la Iglesia, como custodio del derecho natural y ejecutora de la voluntad de Cristo, quien al matrimonio cristiano elevó a la dignidad de Sacramento.

1961 06 14 0003

[3.–] Los valores que aseguran a la familia el orden, la unidad y permanencia, la salud, la felicidad, por ser elemento del bien común, no pueden ser menospreciados, dentro de un orden social y político que a su vez se edifica sobre ella y, respetando sus fines peculiares, la tutela como sociedad natural de la convivencia humana anterior a otra cualquiera.

1961 06 14 0004

[4.–] [...] Aprovechar y encauzar debidamente cuanto entraña nuevo brío y vigor y desplazar todo aquello que implica perturbación a la recta constitución y desenvolvimiento de la vida familiar es una responsabilidad que con el poder público comparte el simple cristiano dentro de su esfera de influjo social.

1961 06 14 0005

[5.–] En los tiempos actuales, no menos que en el pasado, han de ser estimadas por las familias cristianas la oración en común, la santificación de las fiestas, la comunión eucarística, como ayudas poderosas a la vida familiar. Si hoy se abren nuevos horizontes a la actividad de la mujer fuera de casa, que esto no ceda en menoscabo de su función primaria de madre y de educadora; que no sufra con ello su misión de centro afectivo del hogar.

1961 06 14 0006

[6.–] Para la salvaguardia de los valores morales de la familia es condición previa una profunda formación cristiana en el hombre y en la mujer que a ella van. Muy importante es, por tanto, hacer asequibles a la juventud en el ámbito social los medios formativos adecuados a través de los cuales pueda conocer el origen divino y la santidad del matrimonio y adquiera la reflexión que debe presidir la elección de consorte y la trascendencia de las responsabilidades futuras. La institución familiar en la educación de los hijos es siempre de capital importancia y debe ésta encontrar, para su mejor cumplimiento, toda clase de estímulo de parte de las instituciones docentes.

[E 20 (1961/II), 877]

 

© Javier Escrivá-Ivars y Augusto Sarmiento. Universidad de Navarra