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[0579] • PAULO VI, 1963-1978 • EL EJEMPLO DE LAS FAMILIAS NUMEROSAS

De la Alocución Con commossa letizia, a la Junta de la Federación Nacional de las Asociaciones de Familias Numerosas, 14 diciembre 1963

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[1.–] [...] Nuestro corazón se abre para saludar a todas aquellas familias cuya fecundidad, coronada de una magnífica floración de hijos, es clara demostración de una alta y valiente concepción de la familia y de una fe vivida y consciente.

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[3.–] Vosotros esperáis una palabra de esperanza y de ánimo del humilde Vicario de Jesucristo; ¿y cómo no podría decírosla de todo corazón, Él, que conoce bien vuestra situación en la sociedad, las dificultades y las pruebas que encontráis, las aspiraciones y los ideales que os mueven? Vuestra presencia en el mundo es un testimonio de fe, de coraje, de optimismo, acto de confianza vivida y total en la Providencia Divina, es una celebración elocuente de los valores más altos y santos de la familia; es un reconocimiento de recta conciencia moral, en una sociedad y en un momento que presentan a veces síntomas preocupantes de egoísmo, de indiferencia, de un hedonismo depravado y a menudo conformista con costumbres decadentes.

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[4.–] Tenéis una grande y compleja función que cumplir: la de defender, junto a otras beneméritas iniciativas nuestras, el instituto familiar, en la sagrada e inviolable solidez de los sentimientos y de los vínculos que la constituyen; la de honrar a la familia en su finalidad primaria de ser fuente bendita y fecunda de vida humana; la de asistir a los hogares donde la prole es numerosa y tiene necesidad de particular cuidado y de social solidaridad; la de sugerir al legislador la difusión de peculiares providencias y medidas jurídicas idóneas para confortar los núcleos domésticos en su orgánica y natural cohesión y en el cumplimiento de su misión educativa; la de ofrecer a la sociedad el ejemplo y la apología de familias ejemplares, que de la misma abundancia de hijos consiguen el ejercicio de virtudes humanas y cristianas de altísimo valor y saben a menudo derivar más profunda y admirable expresión de amor recíproco, de piadosísima religiosidad, de incomparables afectos y de sincera felicidad.

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[5.–] Nos no dudamos en comparar vuestra actividad en la sociedad moderna, a la levadura de la parábola evangélica que, aunque exigua y poco aparente, hace fermentar la masa, penetrándola y haciéndola crecer; y por esto queremos aseguraros nuestra paterna simpatía, con el ánimo para continuar con perseverante confianza en el camino que recorréis junto con vuestros hijos: camino, no raramente, áspero y difícil, pero bendecido por tantas satisfacciones humanas y sobre todo por abundantes gracias celestiales, que os preparan una luminosa corona en el cielo.

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[6.–] Coraje, queridos hijos e hijas: Nos estamos junto a vosotros con la oración diaria, para que el Señor os acompañe siempre con su tiernísimo y providencial amor, sosteniéndoos en el cumplimiento de vuestros deberes de educadores y de formadores de conciencias, ayudándoos a superar las pruebas y confortándoos en todas las horas de vuestra vida.