1974 01 31 0012

[12.–] No podemos, a este respecto, y para terminar estas sencillas palabras, ocultar la sorpresa no sólo causada por el eco, sino por la llegada también hasta nosotros de algunas expresiones de crítica, excesiva en la forma y no del todo fundada en la sustancia, en torno a la presente legislación canónica sobre el matrimonio, pronunciada por persona muy autorizada en un lugar y en una ocasión extraordinariamente dignos de un lenguaje más reverente y objetivo.

1974 01 31 0013

[13.–] Es conocido el episodio, y nos limitamos a mencionarlo, a fin de que también vosotros, expertos e interesados como estáis en la materia, sepáis que no podemos compartir algunos juicios allí pronunciados sobre la disciplina vigente de la Iglesia en torno a un tema de tanta importancia. Es verdad que a las notas negativas del discurso siguen aquellas otras positivas de las cuales tomamos nota con leal agradecimiento. Pero nos parece que los valores afirmados a estas segundas, más que confirmar las primeras, las rectifican: de suerte que el valioso juicio resultante sobre la vigente ley canónica del matrimonio merece todavía hoy confianza, como intérprete y defensora de normas sagradas y fundamentales para el hombre, para la familia, para la sociedad, aun cuando, de acuerdo con las doctrinas del reciente Concilio, tales normas esperamos que pronto serán formuladas en una legislación más completa y moderna.

[E 34 (1974), 211]