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[0969] • JUAN PABLO II (1978-2005) • EL VALOR DE LA MATERNIDAD Y LA PLENA TUTELA DE LA VIDA HUMANA DESDE EL SENO MATERNO

Del Saludo en el rezo del Ángelus, 22 marzo 1981

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1. [...] Sí; Cristo quiere hablar con todos los hombres. Habla con cada uno incesantemente; habla con los ambientes, con las familias, con todas las naciones; habla de continuo con toda la humanidad; habla de los problemas fundamentales, de los problemas más importantes, de los cuales depende la dignidad del hombre en la tierra y su salvación eterna.

“¡Mira que estoy a la puerta y llamo!”

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2. Durante la pasada semana, el Consejo permanente de la Conferencia Episcopal Italiana, reunido en Roma, dirigió a los fieles un mensaje con el cual les invita a considerar, a la luz del misterio de la pasión, de la muerte y de la resurrección del Señor, sus responsabilidades con relación a la imagen de Dios, presente en toda criatura humana desde el primer instante de su concepción. Los obispos italianos recuerdan el compromiso de evangelizar incansablemente la vida con la fuerza de la palabra y con las obras de la justicia, iluminando y formando las conciencias y apoyando toda oportuna iniciativa para una asistencia adecuada de la maternidad. En este contexto se sitúa el esfuerzo para grabar la ley divina en la vida de la ciudad terrena, a fin de que, sin equívocos, se garanticen “el valor de la maternidad y la plena tutela de la vida humana desde el seno materno”.

He aquí algunas frases de este mensaje, preparado durante las reuniones del Consejo permanente, con la participación de otros miembros de la Conferencia Episcopal Italiana, y comunicado a todos:

“Es misión particular de la Iglesia y de nuestro ministerio episcopal volver a afirmar ante todo que el aborto procurado es muerte, es el asesinato de una criatura inocente”.

“Nadie puede tener actitudes de condescendencia, o de cualquier modo pasivas, frente a la realidad del aborto”.

“En la mentalidad y en las estructuras de la sociedad a la que pertenecemos, tenemos el deber de promover una lógica de vida y tenemos el derecho de que esta voluntad se reconozca debidamente”.

Se trata de un mensaje dictado por el sentido de responsabilidad pastoral, pero también humana y cívica. Cristo, que está a la puerta de las conciencias humanas y llama, habla mediante los que son sucesores de los apóstoles y servidores de la salvación de cada hombre.

Hago mía su solicitud pastoral por cada uno de los hombres y por toda la sociedad. Y comparto con mis hermanos en el Episcopado esta solicitud. Se trata de nuestra solicitud común.

[Enseñanzas 9, 38-39]