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[1030] • JUAN PABLO II (1978-2005) • EVANGELIZAR LA VIDA FAMILIAR

De la Homilía en el estadio de Cotonou, (Benin), 17 febrero 1982

1982 02 17a 0005

5. [...] Evangelizar quiere decir entonces impregnar del espíritu de las bienaventuranzas –sencillez de vida, rectitud, pureza, justicia, paz, fortaleza y por encima de todo el amor– las relaciones cotidianas de las personas entre ellas y con Dios, de los grupos entre sí, en las familias y en la sociedad; y esto hasta marcar profundamente, por dentro, mediante la luz y la fuerza del Evangelio, las realidades más íntimas y más arraigadas, los hábitos, los criterios de juicio, los valores determinantes, los puntos de interés, las líneas de pensamiento, las fuentes inspiradoras y los modelos de vida, sin exceptuar las instituciones que influyen en todo esto, en una palabra, en las culturas (cf. Evangelii nuntiandi, 19-20). El injerto del Evangelio hace dar nuevos frutos al árbol alimentado de la savia africana. Entonces adquieren los hombres y las mujeres su auténtica personalidad humana y cristiana, en coherencia consigo mismos, es decir, en este caso con su alma africana.

Así es, por ejemplo, como hay que extender la evangelización de los individuos a las familias, o más bien a toda la vida familiar, a fin de que –injertados en las otras virtudes ancestrales como la solidaridad entre las familias y la alegría de la fecundidad– resplandezcan más cada día el amor personal de los esposos, vivido en el respeto, la unidad y la fidelidad indisoluble de la pareja, el cuidado de la educación, y todo lo que se desprende del Evangelio, según recordaba, después del Sínodo, en mi última Exhortación Apostólica.

[DP (1982), 57]