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[1048] • JUAN PABLO II (1978-2005) • UNIDAD DE LA FAMILIA
Del Discurso Apreciei vivamente, a los trabajadores portugueses, Oporto (Portugal), 15 mayo 1982
1982 05 15b 0008
8. [...] quisiera hacer [...] una referencia especial a vuestras familias. Viéndoos a vosotros, hombres del trabajo, pienso también en aquellos que os son queridos: vuestras esposas, vuestras madres, vuestros hijos, vuestros enfermos. Pienso en todos los que forman parte de vuestros hogares.
Vosotros, que os cansáis en el trabajo para mantener vuestra casa y sustentar a vuestros hijos, continuad siendo fieles a los sanos valores tradicionales de la familia portuguesa. Continuad amando a vuestras familias. ¡Porque vosotros también necesitáis de vuestra familia!
No permitáis que el trabajo disgregue la vida familiar. No dejéis que cierto estilo de vida separe a los padres de los hijos. ¡No permitáis que vuestra casa sea sólo un lugar para comer y descansar! ¡Sed vosotros los educadores de vuestros hijos!
En el hogar ocupa un lugar relevante la madre. De ella depende en gran medida el bienestar de la familia. Que no se vea forzada, por la carencia de medios, a causa de los bajos salarios, a tener que sacrificar el tiempo que normalmente dedicaría a la casa y a la educación de los hijos. Que nunca sea víctima de situaciones inhumanas. Y si tuviera que asumir un trabajo fuera de casa, que esa ocupación no sacrifique bienes más profundos ni la aparte del hogar, del marido, de los hijos.
Una última llamada a vosotros trabajadores. ¡Abrid vuestras familias a Cristo Trabajador! La presencia del Señor iluminará vuestras casas, os hará comprender mejor vuestra dignidad de trabajadores y vuestra misión en la familia.
[DP (1982), 148]
1982 05 15b 0008
8. [...] quereria fazer [...] uma refêrencia especial às vossas famílias. Vendo-vos a vós, homens do trabalho, penso também naqueles que vos são queridos: as vossas esposas, as vossas mães, os vossos filhos, os vossos doentes. Penso em todos quantos fazem parte do vossos lares.
Vós, que vos cansais no trabalho para manterdes a vossa casa e sustentardes os vossos filhos, continuai a ser fiéis aos sãos valores tradicionais da família portuguesa! Continuai a amar as vossas famílias. Porque vós também necessitais da vossa família!
Não deixeis que o trabalho desagregue a vida familiar. Não deixeis que certo estilo de vida separe os pais dos filhos. Não permitais que a vossa casa seja apenas um local para tomar as refeições e para descansar! Sede vós os educadores dos vossos filhos!
No lar ocupa um lugar de relevo, a mãe. Dela depende em grande parte o bem-estar da família. Que não se veja forçada, pela carência de meios, pelos salários baixos, a ter que sacrificar o tempo que normalmente dedicaria à casa e à educação dos filhos. Que ela não seja nunca vítima de situacões inumanas. E se houver de assumir um trabalho fora de casa, que essa ocupação não sacrifique bens mais profundos nem a afaste do lar, do marido, dos filhos!
Um último apelo, a vós trabalhadores! Abri as vossas famílias a Cristo Trabalhador! A presença do Senhor iluminará as vossas casas, far-vos-á compreender melhor a vossa dignidade de trabalhadores e a vossa missão na família.
[Insegnamenti GP II, 5/2, 1731-1732]