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[1138] • JUAN PABLO II (1978-2005) • ENSEÑAR CON CLARIDAD LA DOCTRINA DE LA IGLESIA SOBRE LA FAMILIA

Del Discurso A través, a los Obispos de Puerto Rico, en la visita ad limina, 24 noviembre 1983

1983 11 24b 0002

2. El primero de ellos se refiere a la familia. El Sínodo dedicado a este tema y mi Exhortación Apostólica “Familiaris Consortio” no pasaron inadvertidos en Puerto Rico; y el interés mostrado hacia dicho documento por vosotros y por vuestros colaboradores, concretizado en predicaciones, cursos de estudio, retiros, encuentros y otras iniciativas dirigidas a fortalecer la institución familiar, producirá sin duda óptimos frutos que ahora no es posible determinar.

Deseo pediros que comuniquéis a vuestros colaboradores: sacerdotes, diáconos permanentes, religiosos de uno y otro sexo y seglares comprometidos, mi gozo de Pastor de toda la Iglesia ante esa generosa acogida del Magisterio pontificio.

Soy consciente de que las fuerzas privadas y públicas que militan, dentro de Puerto Rico, en contra de la familia son poderosas y altamente destructivas. Vuestros predecesores y vosotros mismos habéis tenido que afrontar por más de 80 años la realidad del matrimonio civil y del divorcio vincular, con el inevitable desarrollo de una mentalidad divorcista. En vuestra isla se ha venido promoviendo el control de la natalidad mediante el uso de medios inmorales, que han incluido la esterilización directa, por cerca de 50 años. El aborto legalizado es una realidad desde hace poco más de 10 años.

Sin embargo, las enseñanzas del Magisterio eclesiástico nunca han sido diluidas ni deformadas para acomodar la moral a la llamada “mentalidad del hombre moderno”, como lo demuestran los documentos emanados de vuestra Conferencia Episcopal y de los obispos individuales.

Os exhorto, pues, a que continuéis impartiendo, sin ambages ni disimulaciones, la enseñanza de la Iglesia acerca de la familia, núcleo de particular importancia para la sociedad civil y eclesial. A este respecto, no dejéis de enseñar en toda su riqueza y extensión las enseñanzas de mi predecesor Pablo VI, contenidas en la Encíclica “Humanae Vitae”.

Animad a los sacerdotes, diáconos permanentes, religiosos, religiosas y laicos con especiales cualidades y espíritu de compromiso, para que os ayuden a crear un ambiente de profundo respeto y aprecio por la santidad de la familia.

[Insegnamenti GP II, 6/2, 1171-1172]

 

© Javier Escrivá-Ivars y Augusto Sarmiento. Universidad de Navarra