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[1143] • JUAN PABLO II (1978-2005) • VALOR INMENSO DE LA FAMILIA PARA LA IGLESIA Y LA SOCIEDAD

Del Discurso A sólo meses, a los Obispos de Costa Rica, en la visita ad limina, 26 enero 1984

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3. Mi atención se dirige también al importantísimo campo de la familia. En efecto, en su designio providencial Dios quiso hacer de la familia el primer “mundo” del hombre, el ambiente más propicio para que él nazca, crezca y busque su pleno desarrollo. Tanto vale la familia que cuando el Hijo, Verbo del Padre, asume nuestra naturaleza humana, lo hace en el seno de la Sagrada Familia. El más reciente Concilio llama al núcleo fa miliar “Iglesia doméstica” (Lumen Gentium, 11)[1], mientras Medellín resume el papel de la familia en ser “formadora de personas, educadora de la fe y promotora del desarrollo” (cfr. Medellín, Documento sobre la Familia y Demografía). Puebla, por su parte, afirma que la familia es fruto de “una alianza de personas a la que se llega por vocación amorosa del Padre” (Puebla, 582). Por ello yo mismo dije que “Dios, en su misterio más íntimo, no es una soledad, sino una familia” (Homilía en Puebla de los Ángeles, 28. (1). (19)79, 2)[2].

Sé que hasta ahora el pueblo costarricense ha tenido siempre profunda estima por la familia cimentada en el sacramento del matrimonio. Pero sé también de los graves peligros que la vienen amenazando en tiempos más recientes, como el aumento de las uniones libres o familias incompletas, el creciente número de divorcios, las sistemáticas campañas antinatalistas, los tímidos pero bien calculados intentos de adormecer las conciencias, para que acepten el aborto o proyectos de ley encaminados a justificar la esterilización en condiciones que resultan inadmisibles para la Iglesia y para la conciencia cristiana.

Corresponde a vosotros, como Pastores, hacer comprender a todos el valor inmenso que para la Iglesia y la sociedad representa la familia, y defenderla con valentía –como sé estáis haciendo– frente a cuanto debilite o amenace sus valores fundamentales.

Velad diligentemente para que por medio de la catequesis, la enseñanza religiosa, los cursos prematrimoniales, la literatura apropiada y la acción desplegada a través de los medios de comunicación social, se mantenga o recobre la estima y aprecio por la familia cristiana.

Mucho ha de contribuir también a este importante objetivo la pastoral familiar llevada a cabo por vuestros sacerdotes y por los movimientos de apostolado familiar, a los que gustosamente expreso mi apoyo y gratitud, alentándolos a continuar sin desmayo en tan fecunda tarea.

[DP (1984), 22]

1. [1964 11 21a/11].

2. [1979 01 28b/2].

 

© Javier Escrivá-Ivars y Augusto Sarmiento. Universidad de Navarra