1986 11 22 0006

6. [...] Y a aquellos a los que Cristo llama a la vocación de la vida matrimonial les digo: estad seguros del amor de la Iglesia hacia vosotros y hacia vuestro papel vital en la Iglesia. La vida familiar cristiana y la fidelidad de toda la vida en el matrimonio son también necesarias hoy para el mundo, en el que la sacralidad de la vida humana es frecuentemente ignorada e incluso rechazada, en el que el misterio de la sexualidad humana es fácilmente tergiversado y confundido, en el que la belleza del amor humano es olvidada en un loco ímpetu por satisfacer los deseos egoístas. No os dejéis seducir o desanimar. En Cristo y en su Iglesia, encontraréis la luz y la gracia que necesitáis para vivir con fidelidad y alegría.

[OR (ed. esp.) 30-XI-1986, 14]