INICIO CRONOLOGICO DOCUMENTOS ESCRITURA CONCILIOS PAPAS AUTORES LUGARES MATERIAS EDICIONES
EDITORES

[1372] • JUAN PABLO II (1978-2005) • LA FAMILIA CRISTIANA, OBJETO PRIORITARIO DE LA PASTORAL

Del Discurso Sed bienvenidos, a un grupo de Obispos de  Perú, en la visita ad limina, 29 septiembre 1989

1989 09 29 0007

7. En el marco de la acción evangelizadora, objeto prioritario de vuestros desvelos ha de constituirlo la familia cristiana, cuya santidad de vida ha de fomentarse a partir de los hogares recordando a los esposos cristianos que el Señor los llama a profundizar en el amor, que es a la vez afecto humano y caridad sobrenatural. Como Pastores de la Iglesia, habéis de recordar el plan de Dios sobre la familia cristiana y su misión de hacer presente el amor y donación de Cristo a su Iglesia. Importa, hoy más que nunca, insistir en los grandes principios de actuación que han de inspirar a los esposos cristianos, su tarea propia en la sociedad, su papel de formadores y su misión de evangelizadores desde el mismo seno familiar. La familia es, en efecto, el lugar de encuentro con Dios y el ámbito propicio para que se perfeccione la gracia propia del sacramento del matrimonio.

1989 09 29 0008

8. Como lo habéis puesto repetidamente de manifiesto, sois conscientes de los males que aquejan a la institución familiar en vuestro País. A este propósito, no habéis dejado de señalar el bajo índice de nupcialidad que es manifiestamente inferior al de parejas que se declaran católicas, la inveterada costumbre de uniones ilícitas a prueba, la disgregación de la vida familiar por el divorcio, la infidelidad o el abandono, la violación del derecho a la vida y la exclusión de la fecundidad. A todo ello se unen otros factores derivantes de la situación de pobreza en que viven muchas de vuestras familias: la falta de vivienda digna, el desempleo, la desigual remuneración del trabajo con respecto al costo de la vida, los deletéreos efectos del consumismo, la corrupción, la pornografía desafiante.

Se hace, pues, urgente intensificar una acción pastoral que, respondiendo a los diversos retos que se presentan, lleve a las familias a cumplir con la misión de ser cenáculo de amor y espacio de santificación para sus miembros, en una apertura real a los demás, en un compromiso solidario y efectivo, que torne concretos los ideales de la caridad cristiana. A través de la unión estable y de la fidelidad conyugal, la familia está llamada a ser testimonio de la fuerza unitiva del amor en medio de una sociedad, no pocas veces dividida, enfrentada en conflictos entre hermanos, víctimas en ocasiones de la tentación de la violencia. Así lo habéis reiterado en vuestro documento colectivo del pasado mes de abril: “¡Perú, escoge la vida!”.

[AAS 82 (1990), 336-337]

 

© Javier Escrivá-Ivars y Augusto Sarmiento. Universidad de Navarra