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[1428] • JUAN PABLO II (1978-2005) • EN FAVOR DE LA VIDA Y DE LA FAMILIA

Del Discurso Saluto tutti, a los participantes en el XVIII Congreso Nacional de Asociaciones Cristianas de Trabajadores Italianos, 7 diciembre 1991

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2. Hoy, afortunadamente, se tiene una conciencia más viva del valor de la vida y de la salud de todo hombre, con un sistema cada vez más eficaz de prevención de los accidentes de trabajo y de asistencia en los casos de enfermedad; pero, al mismo tiempo, la tutela y promoción de la vida desde su concepción hasta su muerte natural han sufrido un grave ataque por parte de una mentalidad y una ley civil que permiten el aborto, y es poco decidida y constante la lucha contra la droga, el SIDA y la contaminación atmosférica. El mundo del trabajo tiene títulos y motivos particulares para participar con vigor en esta acción en favor de la vida, apuntando, en primer lugar, a la eliminación de las causas morales, culturales y sociales de esos tristes fenómenos. Los problemas de la vida atañen a toda conciencia humana recta, a toda conciencia cristiana y, por tanto, la conciencia de los trabajadores cristianos debe sentirse interpelada e implicada en la solución de tales cuestiones. [...]

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4. La crisis de la sociedad moderna se superará si se devuelve al matrimonio y a la familia su fisonomía verdadera y su función exacta; y esto puede realizarse plenamente cuando la familia está fundada en el matrimonio único e indisoluble, que el Señor Jesús elevó a la dignidad de sacramento; cuando el orden social, económico y laboral no son un obstáculo, sino que la favorecen en la comunión conyugal, en la generación y en la educación de los hijos; cuando se sostiene de forma concreta, también bajo el perfil económico, el papel de la mujer como esposa y madre, y se le aprecia desde el punto de vista cultural; cuando se respetan los derechos y los deberes educativos de la misma familia ante las agresiones injustas contra sus libres elecciones educativas y escolares; cuando en ella se cultiva la vida espiritual y progresa al mismo tiempo el crecimiento de los cónyuges y el de los hijos. Así, el mundo del trabajo se convierte en un lugar donde la familia puede encontrar su naturaleza y sus funciones.

[E 52 (1992), 326]