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[1490] • JUAN PABLO II (1978-2005) • IMPORTANCIA DE LA FAMILIA EN LA VIDA DEL MUNDO CAMPESINO

Del Discurso Ringrazio il Signore, a los Agricultores de La Sabina, Vescovio de Torri (Italia), 19 marzo 1993

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7. El trabajo del campo trae a la mente otro aspecto importante del mundo campesino: el papel que la familia desempeña desde siempre en él. No es casual que muchas empresas agrícolas estén basadas, precisamente, en una gestión familiar. Esta tradición típica de la vida rural representa ciertamente un hecho de notable interés económico, pero es ante todo expresión de valores sociales y morales de primer orden. Al parecer, vosotros habéis querido poner de manifiesto artísticamente este dato típico de vuestra tradición cultural y religiosa. En efecto, esta gran pintura al óleo representa a la Sagrada Familia que hunde sus raíces en la tierra mientras un vuelo de ángeles la lleva hacia lo alto. En la cultura campesina, el valor de la familia y la experiencia de la fe forman una unidad, y la gran resistencia de los afectos familiares se convierte en garantía de estabilidad en la más amplia solidaridad que brota de la fe y de la acogida de los valores humanos fundamentales.

De aquí brotan nuevos motivos de reflexión. A los responsables de la política agrícola se debe solicitar con vigor que no perjudiquen a las pequeñas “empresas familiares”, que en Italia representan casi la totalidad de los que trabajan en este sector. Indudablemente, es necesario evitar la fragmentación que conduciría a una producción escasa, a una pérdida de competitividad y, por tanto, a una recaída negativa en la economía y el mismo tenor de vida de los trabajadores de la tierra. Pero las consideraciones de tipo económico deben armonizarse siempre, en un ingenioso equilibrio, con las evaluaciones de carácter social y humano. Si una fragmentación carente de salidas económicas no tiene futuro, una concentración, que quitara a la agricultura su base más natural, produciría inconvenientes de ecología humana no menos desastrosos. Más bien deben apoyarse y promoverse con mayor convicción los caminos de la cooperación y el asociacionismo, superando las tentaciones del individualismo, y tendiendo hacia modelos de desarrollo capaces de unir los beneficios de la colaboración con los de un sano protagonismo individual y familiar.

[E 53 (1993), 662]