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[1515] • JUAN PABLO II (1978-2005) • EL ADVIENTO, INVITACIÓN A LA FAMILIA A RECIBIR AL DIOS QUE VIENE
Del Saludo en el rezo del Ángelus, 28 noviembre 1993
1993 11 28 0002
2. Ojalá que esta invitación de Dios llegue a todas las familias cristianas. Más aún, quisiera que la escucharan todas las familias del mundo.
Como sabéis, 1994 ha sido proclamado por las Naciones Unidas Año Internacional de la Familia, y también la Iglesia lo celebrará a partir del 26 de diciembre de este año, fiesta de la Sagrada Familia
Al prepararnos, pues, para la Navidad, nos encaminamos también hacia el Año de la Familia.
La llamada que nos hace la liturgia de hoy a la vigilancia encuentra, ciertamente, en las familias una tierra especialmente sensible. Por su naturaleza, la familia está proyectada hacia el futuro. Nace con la decisión que toman un hombre y una mujer de fundir sus vidas en un único proyecto de amor. En ese proyecto se halla radicalmente inscrita también la espera de los hijos, nuevas vidas que el núcleo familiar debe acoger con ternura, cuidar con esmero y educar con sabiduría.
En este camino de amor, la vigilancia es una virtud necesaria. El Adviento pide que profundicemos en ella, invitando a las familias a abrir las puertas al Dios que viene, con el redescubrimiento de la oración común, junto con propósitos de vida nueva y un esfuerzo de comunión más intenso.
1993 11 28 0003
3. Contemplemos a María, modelo de espera vigilante y operante.
Para ella el Adviento significó llevar en su seno, esperando su nacimiento, al mismo Autor de la vida. De la familia conoció las alegrías, pero también las pruebas, las ansias y los dolores.
Encomendemos todas las familias del mundo a su protección, para que aprendan de ella a encontrar en Jesús el secreto de su serenidad y la guía para su camino.
[OR (e. c.), 3.XII.1993, 1]
1993 11 28 0002
2. Giunga questo invito di Dio a tutte le famiglie cristiane. Vorrei anzi farlo echeggiare per tutte le famiglie del mondo.
Come sapete, infatti, il 1994 è stato proclamato dalle Nazioni Unite Anno Internazionale della Famiglia, e anche la Chiesa lo celebrerà a partire dal 26 dicembre di quest’anno, festa della Sacra Famiglia.
Preparandoci dunque al Natale, ci avviamo anche verso l’Anno della Famiglia.
Il richiamo odierno alla vigilanza trova certamente nelle famiglie un terreno particolarmente sensibile. La famiglia è per sua natura proiettata verso il futuro. Essa nasce con la decisione di un uomo e una donna di fondere le loro vite in un unico progetto d’amore. In tale progetto è radicalmente inscritta anche l’attesa dei figli, nuove vite che il nucleo familiare è chiamato ad accogliere con tenerezza, ad accudire con premura, ad educare con sapienza.
In questo cammino di amore, la “vigilanza” è una virtù obbligata. L’Avvento chiede di approfondirla, invitando le famiglie ad aprire le porte al Dio che viene con la riscoperta della preghiera comune, accompagnata da propositi di vita nuova e da un più intenso sforzo di comunione.
1993 11 28 0003
3. Guardiamo a Maria, modello dell’attesa vigilante ed operosa.
Per Lei l’Avvento significò custodire nel grembo, attendendone la nascita, l’Autore stesso della vita. Della famiglia conobbe le gioie, ma anche le fatiche, le ansie, i dolori.
Affidiamo alla sua protezione tutte le famiglie del mondo, perchè imparino da Lei a trovare in Gesù il segreto della loro serenità e la guida per il loro cammino.
[Insegnamenti GP II, 16/2, 1372-1373]