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[1633] • JUAN PABLO II (1978-2005) • LA SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, UNA INVITACIÓN A LAS FAMILIAS A VIVIR MÁS PLENAMENTE SU VOCACIÓN

Del Saludo en el rezo del Ángelus, 1 noviembre 1994

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1. Hoy celebramos la solemnidad litúrgica de Todos los Santos. La Iglesia peregrina en la tierra eleva la mirada hacia cuantos ya han alcanzado la patria y gozan de la visión de Dios.

En el Año de la familia que estamos celebrando, la fiesta de hoy nos invita a considerar, en particular, a los santos como la familia de Dios; más aún, a recordar que toda la Iglesia es una familia (cf. Lumen gentium, 51), formada por los discípulos de Cristo que están aún en la tierra y por aquellos que ya viven en el cielo. En cierto sentido, podemos definirla familia de familias, porque toda familia cristiana está llamada a ser su célula viva, pequeña “iglesia doméstica” (cf. Juan Pablo II, Homilía del 9 de octubre de 1994). Quiera Dios que este pensamiento ayude a las familias a vivir cada vez más plenamente su vocación. Muchos santos han alcanzado la cumbre de la perfección precisamente viviendo en familia. A este propósito, me complace recordar a las dos esposas y madres que, hace sólo algunos meses, elevé al honor de los altares: la beata Giovanna Beretta Molla, que ofreció su vida por la criatura que llevaba en su seno, y la beata Elisabetta Canori Mora, modelo de fidelidad y entrega en una situación familiar muy difícil. En este día de fiesta, encomendamos a la intercesión de los hermanos y de las hermanas del Paraíso a todas las familias del mundo.