INICIO CRONOLOGICO DOCUMENTOS ESCRITURA CONCILIOS PAPAS AUTORES LUGARES MATERIAS EDICIONES
EDITORES

[1634] • JUAN PABLO II (1978-2005) • LOS LAZOS RELIGIOSOS DE LA FAMILIA

Del Discurso I am happy, en la Apertura de la VI Asamblea General de la “Conferencia Mundial de las Religiones por la Paz”, 3 noviembre 1994

1994 11 03a 0003

3. Durante este Año internacional de la familia, permitidme atraer vuestra atención hacia la íntima conexión entre religión y familia. La familia es la primera comunidad encargada de educar en los valores esenciales de la vida humana, y de transmitir sobre todo la convicción de que “el hombre vale más por lo que es que por lo que tiene” (Gaudium et spes, 35). La religión, remitiendo al plan de Dios para la vida y la sociedad, ayuda a la familia a cumplir esa misión en un nivel más profundo. La cooperación entre los líderes religiosos es importante para la defensa y la promoción de esa institución humana básica, especialmente en estos tiempos en que se la ataca desde muchas partes, como si se tratara de algo que conviene abandonar, olvidar o reemplazar por otras formas de relaciones personales. Salvar el mundo significa también, por no decir ante todo, defender la familia como comunidad de personas con igual dignidad, que trabajan juntas en armonía por el bien común.

En ese ámbito, habría que atender de modo especial al problema de la vivienda y de los asentamientos humanos. Hoy, por todas partes, faltan viviendas adecuadas y accesibles a las necesidades de la familia, y esa situación afecta, sobre todo, a los jóvenes. Además, en algunos lugares, la destrucción deliberarla de viviendas y asentamientos, así como los desplazamientos forzosos de grupos étnicos, se han convertido en un arma cruel de discriminación y guerra. Vuestro compromiso de servir a la paz requiere que tengáis muy en cuenta esta tragedia contemporánea, que las religiones han de ayudar a aliviar. Innumerables refugiados y desplazados, separados a menudo de sus familias están esperando la asistencia consoladora que las religiones pueden y deben brindarles. Las Naciones Unidas desean afrontar la urgente cuestión de los asentamientos humanos en 1997. No es prematuro que las organizaciones religiosas empiecen a reflexionar en los valores comunes que tienen que ofrecer y que ayudarán a la comunidad internacional a afrontar ese problema, prestando una atención adecuada a los aspectos morales y éticos implicados.