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[1641] • JUAN PABLO II (1978-2005) • LOS MÉTODOS NATURALES DE REGULACIÓN DE LA NATALIDAD, UN ALIADO DE LA LUCHA CONTRA EL SUBDESARROLLO

Del Discurso I am grateful, a la Pontificia Academia de las Ciencias, 18 noviembre 1994

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2. Por invitación de la Academia, estáis centrando vuestra atención en los aspectos científicos y técnicos de las cuestiones relacionadas con la fertilidad. La Iglesia os agradece vuestro trabajo, pues “es la primera en elogiar y en recomendar la intervención de la inteligencia en una obra que tan de cerca asocia la criatura racional a su Creador” (Humanae vitae, 16). Vuestra investigación en equipo permitirá apreciar mejor el progreso significativo que se ha llevado a cabo en el conocimiento y en la comprensión del ciclo de la fertilidad de la mujer. Este conocimiento ayuda a las parejas a lograr el embarazo o a evitarlo. Sería de interés general que los científicos fueran capaces de demostrar, mediante cuidadosos estudios y con la ayuda de muchos matrimonios, que los métodos naturales de regulación de la fertilidad, o de planificación familiar, son de fiar y eficaces, incluso en casos de ciclos de ovulación muy irregulares. Los resultados de esta investigación, que han de darse a conocer a las parejas, pueden aumentar las opciones que tienen a disposición y, por tanto, ofrecer a los esposos y a las esposas la oportunidad de tomar decisiones importantes de modo libre y responsable, a través de un diálogo interpersonal respetuoso de la integridad de ambos cónyuges y fiel a sus convicciones religiosas y a su sensibilidad cultural. Este diálogo no puede menos de enriquecer y profundizar la comunión entre ellos.

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3. La Iglesia se alegra al constatar el progreso que se ha logrado en el conocimiento de la biología humana y de los ritmos de fertilidad de la mujer (cf. Humanae vitae, 16). Considera muy importantes estos temas, puesto que la expresión sexual del amor, como acto específicamente humano, se refiere al significado auténtico de la vida y a la dignidad de las personas implicadas. La cultura contemporánea considera a menudo la sexualidad de modo reductivo, sin la armonía de una visión integral de la persona humana. Hay que comprender el amor entre un varón y una mujer según su significado más pleno, sin disociar los diversos aspectos –espiritual, moral, físico y psicológico– que lo integran. Ignorar una sola de esas dimensiones del amor constituye un serio peligro para la unidad de la persona. La práctica de los métodos naturales de planificación familiar ayuda a las parejas a aceptar los principios normativos de su actividad sexual, que brotan de la misma estructura de sus personas y de su relación.

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4. En realidad, podemos descubrir en el sistema reproductivo del cuerpo una inclinación del designio del Creador. El conocimiento de la sexualidad humana y del sistema reproductivo ayuda a los matrimonios a descubrir la dimensión esponsal del cuerpo y su lugar en el designio de Dios (cf. Familiaris consortio, 31). Esta perspectiva permite comprender la diferencia moral esencial entre los métodos que interrumpen artificialmente un proceso que, de suyo, está abierto a la vida, y otros métodos, basados en un conocimiento cada vez más profundo de los ritmos biológicos del cuerpo humano, que consideran que la sexualidad es inseparable de la comunión entre las personas y del don de la vida. De hecho, el acto conyugal tiene su significado propio y total; compromete a la persona hasta tal punto, que la experiencia de comunión y apertura a la vida no pueden separarse. Cuando se usan los métodos naturales, se considera el cuerpo como una expresión de la naturaleza profunda de la persona; por el contrario, la separación de los diferentes aspectos de la sexualidad humana en un acto particular, lleva a considerar el cuerpo como un objeto externo, que la persona usa de un modo que niega una finalidad esencial del acto mismo y, por consiguiente, también los valores esenciales de la relación interpersonal de la pareja. La práctica de los métodos naturales contribuye a que los cónyuges se abran el uno al otro y manifiesten recíprocamente mayor sensibilidad; es también un modo de desarrollar la interdependencia y la solicitud mutua, mediante el respeto a los ritmos biológicos y psicológicos de la otra persona.

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5. Desde esta distinguida asamblea quisiera también dirigir un llamamiento a los líderes del mundo, a fin de que pongan a disposición los medios necesarios para la investigación y la educación en el campo de los métodos naturales de planificación familiar. En efecto, es deber de los Estados y de las organizaciones internacionales que reconocen el principio de la libertad de conciencia, facilitar el acceso a los métodos que respetan las convicciones éticas de las parejas. El futuro del hombre y de la sociedad se juega en esta área tan importante del comportamiento humano, que también influye directamente en el desarrollo social. Para luchar contra el subdesarrollo y responder a los problemas demográficos relacionados con él, tienen un aliado, no un enemigo, en los métodos que reafirman el respeto a la dignidad humana. Toda la sociedad se beneficiará mucho de la atención que se preste a estos métodos.

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6. Os doy las gracias a todos vosotros por vuestra colaboración con la Santa Sede. A través de vosotros también tengo que dar las gracias y alentar a todos aquellos, incluyendo a los innumerables voluntarios, que trabajan con paciencia y especial habilidad pedagógica para lograr que las parejas se familiaricen con los métodos naturales de planificación familiar y aprendan a usarlos. Conozco también los esfuerzos que se están haciendo para educar a los jóvenes en su vida afectiva y en su sexualidad, como preparación esencial al matrimonio. Esta educación los lleva con frecuencia a ir contra corriente con respecto a la opinión contemporánea en materia de relaciones sexuales y humanas. Necesitan comprender claramente las razones profundas que subyacen en su opción.

Confío al Señor vuestras investigaciones, que permitirán presentar a la comunidad científica internacional importantes progresos, como un servicio vital al desarrollo integral de las personas y las parejas. Invoco abundantes bendiciones de Dios todopoderoso sobre vosotros, así como sobre vuestros colaboradores y los miembros de vuestras familias.

[DP-144 (1994), 237-238)]