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[1706] • JUAN PABLO II (1978-2005) • LA CULTURA DE LA VIDA, FUERZA DE LA FAMILIA COMO SEMILLERO DE VOCACIONES

Del Discurso It is a great pleasure, a los participantes en la Convención del “Serra International”, 6 julio 1995

1995 07 06 0003

3. Queridos amigos, en vuestras Iglesias locales, bajo la guía de vuestros obispos, os esforzáis por crear un ambiente que favorezca realmente las vocaciones. Ese ambiente puede entenderse como una parte necesaria de la cultura de la vida sobre la que escribí en la carta encíclica Evangelium vitae, pues presupone e incluye una dimensión sobrenatural esencial. En efecto, “la vida que el Hijo de Dios ha venido a dar a los hombres no se reduce a la mera existencia en el tiempo”, sino que presenta más bien “una perspectiva supratemporal”, pues es “vida eterna” (n. 37). Ciertamente, el sacerdocio y la promoción de las vocaciones sacerdotales están íntimamente vinculados con esta vida eterna, que es “la vida misma de Dios” (ib., 38). Esta verdad sobre la vida nos llena de admiración y gratitud, y revela nuestro destino de “comunión con Dios en su conocimiento y amor” (ib.).

Por consiguiente, esta cultura de la vida pone a la humanidad en contacto con su Creador y consigo misma; ayuda a las personas a redescubrir el gran valor de la fe, la oración y la contemplación; permite a hombres y mujeres reconocer y experimentar de nuevo las obras sublimes del Espíritu. Esa cultura fortalecerá a la familia cristiana, la iglesia doméstica que ofrece grandes perspectivas para el nacimiento de las vocaciones. Además, estimulará a las escuelas y a todos los educadores a dar a conocer de forma correcta las dimensiones humana y divina de la vocación. Esta cultura inspirará a otros fieles laicos, cada uno según su propio estado de vida, a infundir en todos los demás, especialmente en los jóvenes, el aprecio por la vocación y la misión en la Iglesia.

[O.R. (e. c.) 28-VII-1995, 6]