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[1724] • JUAN PABLO II (1978-2005) • EL RESPETO A LA VIDA DESDE LA CONCEPCIÓN

De la Homilía de la Misa en el Gosforth Park de Germistob, Johannesburgo (Sudáfrica), 17 septiembre 1995

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5. El profeta Isaías exclama: “Reparad, reparad, abrid camino, quitad los obstáculos del camino de mi pueblo” (Is 57, 14). El Sínodo para África dirige este llamamiento y esta exhortación a todos los pueblos de este continente. De modo especial, este llamamiento y esta exhortación se dirigen a las mujeres de África. El Sínodo se ocupó ampliamente de las dificultades especiales que afrontáis, las injusticias concretas que padecéis y la violencia y los crímenes que se cometen contra vosotras. La Iglesia en África deplora todo lo que os priva de vuestros derechos y del respeto que se os debe (cf. Ecclesia in Africa, 121).

La Iglesia sabe que vosotras, las mujeres de África, tenéis un papel insustituible que desempeñar en la humanización de la sociedad. Sois más sensibles ante las implicaciones de la justicia y las exigencias de la paz, porque estáis más cerca del misterio de la vida y del milagro de su transmisión. Por eso la Iglesia apela a vosotras de modo especial para respetar, proteger, amar y servir a la vida, a toda vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural. Como madres, dais la vida a vuestros hijos, y los educáis para la vida. Todo derramamiento de sangre es una herida a vuestro genio único. Procurad con toda vuestra fuerza defender la vida que ha sido concebida en vosotras, la vida que es objeto de vuestro gran amor. La historia muestra que son los hombres, sobre todo, quienes hacen las guerras. Ha sido siempre así, y también lo es en la actualidad.

¿Qué podéis hacer para cambiar esta situación? Nadie puede enseñar tan bien como vosotras la realidad del respeto a todo ser humano. Educando en el respeto y el amor enseñáis y servís a la paz, en vuestras familias, en vuestros países y en el mundo. Éste fue el tema de mi Mensaje para la Jornada mundial de la paz de este año: La mujer, educadora para la paz. He escrito recientemente una Carta a las mujeres del mundo, pidiendo que se reconozca en todas partes su dignidad e instando a realizar una efectiva e inteligente campaña para su promoción (cf n. 6).

[DP-99 (1995), 187]