[1729] • JUAN PABLO II (1978-2005) • EL REZO DEL ROSARIO EN LA FAMILIA
Del Saludo en el rezo del Ángelus, 1 octubre 1995
1995 10 01 0001
1. El mes de octubre, en la vida de la comunidad cristiana, está dedicado a María y se halla especialmente vinculado al redescubrimiento del santo rosario.
Se trata de una oración sencilla y profunda, adaptada a cada uno y a las comunidades, a las personas de cualquier origen y formación cultural. Es una plegaria mariana, pero al mismo tiempo cristológica, porque nos ayuda a meditar en la vida de Cristo. María nos lleva a Jesús.
Al repetir oraciones habituales y queridas, como el Padre nuestro, el Ave María o el Gloria, el alma se recoge en la contemplación de los misterios de la salvación y presenta a Dios, por intercesión de la Virgen, sus necesidades y las de la humanidad entera, pidiendo al Señor la fuerza para un compromiso evangélico más coherente y generoso. En otro tiempo se hallaba difundido el rezo diario del rosario en familia. ¡Cuánto ayudaría también hoy esa práctica! El santo rosario aleja los gérmenes de la disgregación familiar y es vínculo seguro de comunión y paz.
[O.R. (e. c.) 6.X.1995, 1]
1995 10 01 0001
1. Il mese di ottobre, nella vita della comunità cristiana, è dedicato a Maria ed è particolarmente legato alla riscoperta del Santo Rosario.
Si tratta di una preghiera semplice e profonda, adatta ai singoli e alle comunità, alle persone d’ogni ceto e formazione culturale. È preghiera mariana, ma al tempo stesso cristologica, perchè scandita dalla meditazione della vita di Cristo. Maria ci porta a Gesù!
Ripetendo preghiere abituali e care come il Padre Nostro, l’Ave Maria, il Gloria, l’anima si raccoglie nella contemplazione dei misteri della salvezza e presenta a Dio, per intercessione della Vergine, i propri bisogni e quelli dell’umanità intera, implorando dal Signore la forza per un impegno evangelico più coerente e generoso. Un tempo era diffusa la recita quotidiana del Rosario in famiglia. Quanto gioverebbe ancor oggi simile pratica! La corona di Maria allontana i germi della disgregazione familiare; è vincolo sicuro di comunione e di pace.
[Insegnamenti GP II, 18/2, 697]