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[1739] • JUAN PABLO II (1978-2005) • RESPONSABILIDAD DEL ESTADO EN LA DEFENSA Y PROTECCIÓN DE LA FAMILIA Y DE LA DIGNIDAD DE LA MUJER

Del Discurso La recibo, a la Embajadora de Panamá ante la Santa Sede, en la presentación de las Cartas Credenciales, 21 octubre 1995

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4. En muchas partes del mundo asistimos hoy a una crisis de valores que afecta a instituciones como la familia y a amplios sectores de la población como la juventud. Ante ello es urgente que los panameños tomen mayor conciencia de sus propias responsabilidades y, de cara a Dios y a los deberes ciudadanos, se esfuercen en construir una sociedad más justa, fraterna y acogedora.

Me complace señalar que durante el Año de la Familia, recientemente celebrado, el Gobierno de su País, después de larga expectativa, ha promulgado el “Código de la Familia”, que entró en vigor precisamente el pasado mes de enero. Ha sido fruto del trabajo y empeño de todas las fuerzas vivas de la Nación, conscientes de que la problemática familiar continúa siendo motivo de “muy seria preocupación”, como señalan los Obispos en la Carta pastoral “Nueva evangelización y sociedad panameña”.

Dicho Código, animado en gran parte por el espíritu cristiano, reconoce los derechos y deberes de cada uno de los miembros de la familia, así como también las responsabilidades del Estado en el desarrollo de políticas sociales, para lograr una efectiva protección y promoción de la institución familiar. ¡Ojalá sea éste uno de los frutos de ese Año!, pues, como escribí en la “Carta a las familias”, “ninguna sociedad humana puede correr el riesgo del permisivismo en cuestiones de fondo relacionadas con la esencia del matrimonio y de la familia. Semejante permisivismo moral llega a perjudicar las auténticas exigencias de paz y de comunión entre los hombres. Así se comprende por qué la Iglesia defiende con energía la identidad de la familia y exhorta a las instituciones competentes, especialmente a los responsables de la política, así como a las organizaciones internacionales, a no caer en la tentación de una aparente y falsa modernidad” (2).

2. Ioannis Pauli PP. II Lettera alle Famiglie, 17 [1994 02 02/17].

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5. Ha aludido también Usted al hecho de que este año está marcado por una atención preferencial al tema de la mujer, del cual yo me he hecho eco en repetidas intervenciones. La vida y el testimonio de grandes mujeres dentro de la Iglesia, que a lo largo de los siglos han sido pioneras en la sociedad como madres, trabajadoras y líderes en los campos social y político, en profesiones de asistencia y como pensadoras y maestras en lo espiritual, ofrece una válida contribución para continuar reflexionando y trabajando por el pleno respeto de la dignidad de la mujer y sus derechos inalienables. La Santa Sede, con todos los medios a su alcance, junto con las demás instituciones de la Iglesia católica, continuará colaborando “con miras a un renovado compromiso de todos en favor de las mujeres en el mundo” (3), compromiso que ha de tener en cuenta la dignidad, derechos y responsabilidades de las mujeres en la sociedad actual: en la familia, en el trabajo y en la vida pública.

[Insegnamenti GP II, 18/2, 903-904]

3. Ioannis Pauli PP. II Allocutio ad sodales Delegationis Sanctae Sedis ad IV Conferentiam Mundialem de muliere, die 29 aug. 1995 [1995 08 29].

 

© Javier Escrivá-Ivars y Augusto Sarmiento. Universidad de Navarra