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[1758] • JUAN PABLO II (1978-2005) • SERVICIO DEL ESTADO AL BIEN DE LA PERSONA Y DE LA FAMILIA COMO SU ÁMBITO NATURAL

Del Discurso Sono lieto, a la Junta y al Consejo de la región del Lacio (Italia), 27 enero 1996

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4. Tarea fundamental de las Regiones es la gestión de algunos sectores, particularmente delicados e importantes para la vida de las personas, como la salud, la educación, la cultura, el trabajo, el entorno, la indigencia, las situaciones de incomodidad física y mental, y, por consiguiente, la promoción de la calidad de vida de los ciudadanos.

En el desarrollo de dichas tareas, os exhorto a tener constantemente presente la finalidad de vuestro servicio: el bien de la persona, y a sostener con particular cuidado el mundo de la infancia y su cauce natural: la familia. Dirijo también a ustedes la invitación contenida en el mensaje para la Jornada mundial de la Paz: ¡sed constructores de un futuro de paz para los niños!

Por desgracia, en el Lacio, aquellos que se asoman a la vida no encuentran siempre acogida y respeto. ¿Cómo no pensar en tantos “niños nunca nacidos”, por qué, privados deliberadamente del don de la vida en el sagrario del seno materno? ¿Cómo no recordar los casos, siempre más frecuentes, de niños que son objeto de violencia o de vergonzosa explotación? ¿Cómo olvidar el drama de tantas familias, obligadas a renunciar a la alegría de un hijo a causa de las condiciones precarias en las que se encuentran? Mi pensamiento se dirige, en particular, a las dificultades de las jóvenes parejas, afligidas por el problema de la vivienda, de la falta de un trabajo seguro, de la carencia de servicios elementales. Son obstáculos verdaderamente grandes que inciden negativamente sobre el ejercicio del derecho natural al matrimonio y a la realización de sus objetivos. Dichos obstáculos deben ser, por tanto, eliminados urgentemente, entre otras causas porque a éstos se atribuye el preocupante fenómeno de la baja natalidad, que en el Lacio, como en otros lugares, alcanza tristes cotas.

El compromiso de la Autoridad Pública de garantizar de modo efectivo los derechos fundamentales de la persona humana, no podrá dejar de estar también dirigido hacia aquellas familias y organizaciones que con coraje ejemplar se hacen cargo de discapacitados, de jóvenes en dificultades, de ancianos o de enfermos graves. Ellas no deben quedar desamparadas.

Y, ¿cómo no subrayar aquí el gran problema de la asistencia sanitaria? Es preciso garantizar a todos el efectivo derecho a la salud. Al laudable compromiso por la salvaguardia del entorno y por la prevención, se le añade el esfuerzo por promover gerentes sanitarios eficientes y cualificados: en la Región, junto a estructuras que podemos perfectamente definir como de vanguardia, existe un número todavía demasiado grande de hospitales y sanatorios, donde personas golpeadas frecuentemente por la enfermedad son humilladas a causa de carencias asistenciales e instalaciones inadecuadas.

Pienso que la solución de los problemas de la sanidad constituirá la señal inequívoca de vuestra voluntad de proyectar para el Lacio un futuro más acorde con la dignidad del hombre, y un importante objetivo cara a la llegada del nuevo Milenio.