INICIO CRONOLOGICO DOCUMENTOS ESCRITURA CONCILIOS PAPAS AUTORES LUGARES MATERIAS EDICIONES
EDITORES

[1805] • JUAN PABLO II (1978-2005) • LA IMPORTANCIA DE LA PROTECCIÓN Y FORTALECIMIENTO DE LA INSTITUCIÓN FAMILIAR

Del Discurso Me complace, a la Embajadora de Costa Rica ante la Santa Sede, en la presentación de las Cartas Credenciales, 12 diciembre 1996

1996 12 12a 0004

4. Por otra parte, la sociedad costarricense está viviendo un momento de grandes transformaciones y profundos reajustes en los diferentes ámbitos. Su Gobierno está comprometido en la promoción del desarrollo económico y social, al que se ha de añadir el compromiso ecológico, que ha penetrado hondamente en el alma de los costarricenses, para evitar que un desarrollo incontrolado deteriore las bellezas naturales con que el divino Creador ha dotado a su tierra. El potencial humano que es la juventud de la mayoría de la población, el rico patrimonio cívico, histórico y cultural, los logros alcanzados en el campo de la salud y la educación, no deber hacer olvidar que existen también motivos de preocupación como son, entre otros, la difícil situación económica, el desempleo, la deuda pública tanto interna como externa. A ello, en los últimos tiempos, se han unido los desastres naturales, como el huracán “César”, que han sembrado muerte y destrucción, ante los cuales me consta que los fieles católicos, acogiendo el llamado de sus obispos, se movilizaron con prontitud y mucha generosidad para socorrer a los damnificados.

Ante esos males, es necesario que todos los ciudadanos se comprometan, promoviendo el bien común mediante un trabajo serio y honrado, con renovado sentido de amor a la patria y anteponiendo los intereses de la colectividad a los personales o de grupo. Si bien los ciudadanos tienen derecho a acceder a los servicios y al bienestar que necesitan, la patria asimismo exige a todos que contribuyan a la paz y al desarrollo colectivo. En esta tarea la Iglesia colabora, desde el ámbito espiritual y moral, para formar las conciencias y crear una mentalidad positiva de responsabilidad, respeto y solidaridad.

A este respecto, resulta de primaria importancia salvaguardar y fortalecer la institución familiar. No cabe duda de que muchos males sociales tienen su origen en la desintegración familiar, por lo que se impone educar a las nuevas generaciones en el sentido del amor verdadero, de la entrega total e indisoluble a través del matrimonio, lo cual permita superar los momentos de incomprensión y desconfianza, de modo que cada hogar costarricense sea un lugar de amor y de paz, y una verdadera escuela de humanidad.

[Insegnamenti GP II, 19/2, 968-969]

 

© Javier Escrivá-Ivars y Augusto Sarmiento. Universidad de Navarra