INICIO CRONOLOGICO DOCUMENTOS ESCRITURA CONCILIOS PAPAS AUTORES LUGARES MATERIAS EDICIONES
EDITORES

[1931] • JUAN PABLO II (1978-2005) • EL DERECHO DE LAS FAMILIAS A ELEGIR LIBREMENTE EL MODELO EDUCATIVO PARA SUS HIJOS

Del Discurso Con questa forte frase, a los participantes en la manifestación sobre el papel de la Escuela Católica en la vida de Italia, 30 octubre  1999

1999 10 30 0003

3. Sin embargo, queridos amigos de la escuela católica italiana, por experiencia directa sabéis cuán difíciles y precarias son las circunstancias en que trabaja la mayor parte de vosotros. Pienso en la disminución de las vocaciones en las congregaciones religiosas que surgieron con el carisma específico de la enseñanza; pienso en la dificultad que tienen muchas familias de hacerse cargo del peso añadido que deriva, en Italia, de la elección de una escuela no estatal; y pienso con profunda tristeza en los institutos prestigiosos y beneméritos que, año tras año, se ven obligados a cerrar.

La principal cuestión que hay que afrontar, para salir de una situación que se está volviendo cada vez más insostenible, es sin duda la del pleno reconocimiento de la igualdad jurídica y económica entre escuelas estatales y no estatales, superando antiguas resistencias ajenas a los valores de fondo de la tradición cultural europea. Por desgracia, los pasos que se han dado recientemente en esta dirección, aunque sean apreciables en algunos aspectos, siguen siendo insuficientes.

Por tanto, me uno de corazón a vuestra petición de ir más allá con valentía, siguiendo una lógica nueva, en la que no sólo la escuela católica, sino también las diversas iniciativas escolares que puedan nacer de la sociedad, se consideren un recurso valioso para la formación de las nuevas generaciones, con tal de que tengan los requisitos indispensables de seriedad y finalidad educativa. Éste es un paso obligado, si queremos realizar un proceso de reforma que haga de verdad más moderna y adecuada la organización global de la escuela italiana.

1999 10 30 0004

4. A la vez que pedimos con fuerza a los responsables políticos e institucionales que se respete concretamente el derecho de las familias y de los jóvenes a la plena libertad de elección educativa, debemos analizar con igual sinceridad y valentía nuestra propia situación para identificar y realizar oportunamente los esfuerzos y la colaboración que puedan mejorar la calidad de la escuela católica y evitar que se reduzcan ulteriormente sus espacios de presencia en el país.

Desde este punto de vista, son fundamentales la solidaridad y la simpatía de toda la comunidad eclesial: las diócesis, las parroquias, los institutos religiosos, las asociaciones y los movimientos laicales. En efecto, la escuela católica participa plenamente en la misión de la Iglesia, así como en el servicio a todo el país. Por tanto, no deben existir sectores aislados o recíprocamente indiferentes, como si una cosa fueran la vida y la actividad eclesial, y otra la escuela católica y sus problemas. Por eso, me alegra mucho que la Iglesia italiana se haya dotado, durante estos años, de organismos como el Consejo nacional de la escuela católica y el Centro de estudios para la escuela católica: esos organismos manifiestan tanto la solicitud de la Iglesia por la escuela católica como la unidad de la escuela católica y su compromiso de reflexión proyectiva.

En concreto, es muy importante la realización de formas eficaces de colaboración entre las diócesis, los institutos religiosos y los organismos laicales católicos que trabajan en el campo de la escuela. En muchos casos es útil, o necesario, poner en común iniciativas, experiencias y recursos, para una colaboración organizada y con visión de futuro, que evite superposiciones e inútiles competencias entre los institutos y que, por el contrario, procure no sólo asegurar la permanencia de la escuela católica en los lugares donde está tradicionalmente presente, sino también facilitar nuevos asentamientos, tanto en las zonas de mayor pobreza como en los sectores neurálgicos para el desarrollo del país.

[OR (e.c.) 26.XI.1999, 15]