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[1978] • JUAN PABLO II (1978-2005) • URGENCIA DE UN DISCERNIMIENTO PASTORAL SOBRE LAS FORMAS ALTERNATIVAS DE UNIÓN QUE HOY AFECTAN A LA INSTITUCIÓN DE LA FAMILIA

Del Discurso Con gran afecto, a los Obispos de la Conferencia Episcopal de Uruguay, en la visita ad limina, 6 septiembre 2001

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8. En vuestras prioridades pastorales sentís también como deber apremiante ayudar a los padres a ser buenos pastores de la “iglesia doméstica”. En efecto, cuando la familia participa en el ser y la misión de la Iglesia, no solamente se transforma en sacramento de salvación para sus miembros, sino que además realiza plenamente “su misión de custodiar, revelar y comunicar el amor y la vida”18[7].

En las Orientaciones Pastorales habéis puesto también de relieve cómo en el mundo contemporáneo existe un deterioro generalizado del sentido natural y religioso del matrimonio, con consecuencias preocupantes tanto en la esfera personal como pública. Por eso se ha de prestar particular atención a todas las familias: no sólo a las que cumplen su misión al servicio de la vida desde la concepción hasta su ocaso natural, siempre desde el amor conyugal y familiar. También es necesario hacer un discernimiento pastoral sobre las formas alternativas de unión que hoy afectan a la institución de la familia en el Uruguay, especialmente aquéllas que consideran como realidad familiar las simples uniones de hecho, desconociendo el auténtico concepto de amor conyugal.

Sobre este aspecto hice presente que “toda ley que perjudique a la familia y atente contra su unidad e indisolubilidad, o bien otorgue validez legal a uniones entre personas, incluso del mismo sexo, que pretendan suplantar, con los mismos derechos, a la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer (...), no es una ley conforme al designio divino”19[8].

[7]18 Eiusdem [Ioannis Pauli PP. II] Familiaris Consortio, 17 [1981 11 22/17]

[8]19 Eiusdem Sermo ad Rei Publicae moderatores, populares legato et politicos, 4, die 4 nov. 2000: Insegnamenti di Giovanni Paolo II, XXIII, 2 (2000) 772-773 [2000 11 04/4]

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9. Ante los graves problemas tan comunes de orden social, la Iglesia, siguiendo su doctrina social, trata de dar respuesta y de buscar soluciones concretas. A través de la Pastoral Social trata de promover la cultura de la solidaridad, manteniendo la opción preferencial por los pobres con la práctica de un amor activo y concreto hacia cada ser humano, frente a toda tentación de indiferencia o inhibición. Éste es un ámbito que, “sin ceder nunca a la tentación de reducir las comunidades cristianas a agencias sociales”[9]20, caracteriza de manera decisiva la vida cristiana, el estilo eclesial y la programación pastoral.

Sé que la Iglesia en el Uruguay, a pesar de los limitados recursos materiales, está en primera fila en la atención a las personas y familias que viven en condiciones muy por debajo del mínimo requerido por la dignidad humana y en la lucha contra “las nuevas pobrezas”. [...]

La Iglesia, por medio de los sacerdotes, religiosas y religiosos, personas consagradas y laicos comprometidos, se hace presente en los barrios marginados de las ciudades y en el campo, a través de escuelas y de tantas formas de ayuda a los más pobres y necesitados.

[Insegnamenti GP II, 24/2 (2001), 253-254]

[9]20 Ioannis Pauli PP. II Novo Millennio Ineunte, 52.