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[2010] • JUAN PABLO II (1978-2005) • LA FAMILIA DE FUNDACIÓN MATRIMONIAL, SUJETO PRIVILEGIADO DE LAS POLÍTICAS SOCIALES

Del Discurso Sono molto lieto, a los representantes de la región del Lazio, del ayuntamiento y de la Provincia de Roma, 16 enero 2003

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3. No cabe duda de que uno de los mayores problemas de nuestro tiempo es la crisis de numerosas familias, la escasez de nacimientos y el consiguiente envejecimiento de la población. Roma y el Lacio no están exentos de estas dificultades, que amenazan tanto a Italia como a muchas otras naciones.

Precisamente en este ámbito la Iglesia y las instituciones civiles están llamadas a una colaboración cordial y efectiva. En efecto, es preciso suscitar una renovada conciencia de la importancia y del carácter sagrado de los vínculos familiares, así como de la alegría que acompaña el nacimiento y la educación de los hijos: la comunidad cristiana tiene aquí un campo fundamental de testimonio y de compromiso. Pero también es indispensable que la familia fundada en el matrimonio sea objeto privilegiado de las políticas sociales; por tanto, me alegra el desarrollo de las iniciativas en favor de las familias, en particular de las parejas jóvenes, así como la realización del Observatorio regional permanente de las familias. De igual modo, es importante nuestra colaboración recíproca con vistas a la formación de las generaciones jóvenes, para ayudar a la responsabilidad primaria de las familias. El apoyo a las escuelas católicas, a los oratorios y a las demás instituciones educativas promovidas por la comunidad católica, es una de las formas en que se realiza positivamente esta colaboración.

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4. La atención de los administradores públicos jamás puede prescindir de la marcha de la economía y de las anejas posibilidades de trabajo y de empleo. La ciudad y la provincia de Roma, y toda la región del Lacio, tienen notables potencialidades, que es preciso valorar plenamente, estimulando la iniciativa de cada ciudadano y su capacidad de innovación, y sosteniéndola con oportunos medios económicos y con cursos de formación. El mismo patrimonio histórico y artístico extraordinario de estas tierras, nacido en gran parte de la fe cristiana, ofrece grandes oportunidades de desarrollo y de trabajo.

Por lo demás, el elevado número de inmigrantes que, también en Roma y en el Lacio, han podido regularizar su situación laboral en estos últimos meses, confirma que existe un dinamismo de nuestra sociedad que es necesario comprender mejor y valorar más.

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5. Al dirigirme, el 14 de noviembre, al Parlamento italiano, subrayé que el carácter realmente humanístico de un cuerpo social se manifiesta particularmente en la atención que presta a sus miembros más débiles. Indudablemente, Roma y el Lacio también tienen gran necesidad de esta solicitud atenta para aliviar las necesidades de numerosas personas y familias, en particular de muchísimos ancianos. Aprecio sinceramente los esfuerzos realizados por vuestras administraciones en este ámbito, y os invito a un compromiso cada vez más eficaz, al que corresponderá la intensa acción caritativa de las parroquias, de la Cáritas y de otras muchas realidades eclesiales.

Un aspecto fundamental de la solidaridad con quienes se encuentran en situaciones de sufrimiento es el compromiso en favor de la asistencia sanitaria. Conozco las dificultades que atraviesa este delicado sector y que hacen mucho más meritorios los esfuerzos y los loables progresos realizados.Las instituciones hospitalarias católicas piden poder seguir dando su significativa contribución a este objetivo de solidaridad.

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6. Estimados representantes de las administraciones regional, provincial y municipal, he querido reflexionar con vosotros sobre algunos aspectos de vuestras preocupaciones diarias. Os agradezco la atención y el apoyo que ofrecéis a la vida y a las actividades de la Iglesia. Por mi parte, os aseguro que, en los ámbitos de interés común, podéis contar con el compromiso de las comunidades cristianas de Roma y del Lacio.

Pido al Señor, por intercesión de la Virgen María, tan venerada por nuestras poblaciones, que ilumine vuestros propósitos de bien y os dé la fuerza para cumplirlos.

Con estos sentimientos, os imparto de corazón a cada uno la bendición apostólica, que extiendo de buen grado a vuestras familias y a cuantos viven y trabajan en Roma, en su provincia y en todo el Lacio.

[OR (ed. esp.) 24-I-2003, 3]